Los países necesitan políticas inteligentes para beneficiarse al máximo del potencial de la tecnología
18 de octubre de 2016
- La tecnología podría traer aparejado un crecimiento importante de la economía mundial en la próxima década
- Se necesita un nuevo modelo educativo para ayudar a los trabajadores a adaptarse
- Los cambios organizacionales y culturales deben marchar al mismo paso que el cambio tecnológico
El cambio tecnológico tiene el potencial de transformar y mejorar las vidas de las personas de todo el mundo pero a menos que se adopten las políticas correctas la desigualdad digital aumentará, señalaron los panelistas de un seminario celebrado durante las Reuniones Anuales del FMI y el Banco Mundial en Washington, D.C.
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“Ya sea que hablemos de macrodatos, Internet de las cosas, digitalización o impresión 3D, la revolución tecnológica incide profundamente en cada sector de nuestras economías”, dijo Christine Lagarde, Directora Gerente del FMI, en sus palabras de apertura en ocasión del seminario “Tecnología, innovación y crecimiento inclusivo”.
“Esto tendrá profundas repercusiones en la forma en que vivimos, aprendemos, nos ganamos la vida y consumimos”, precisó Lagarde.
El FMI necesita trabajar en colaboración con expertos en tecnología para comprender más a fondo el impacto del cambio tecnológico en las economías de todo el mundo, agregó. El seminario, que incluyó un debate sobre tecnología con líderes de opinión a nivel mundial, constituyó un paso fundamental para iniciar este diálogo.
Transformación positiva
La nueva era digital transformará la vida de todas las personas, señaló John Chambers, Presidente Ejecutivo de Cisco Systems.
También señaló que en la próxima década el mundo podría ser testigo de un crecimiento económico incremental de unos US$19 billones, o un aumento del PIB de cada país del mundo de entre el 1% y el 3%. Este crecimiento también podría traer aparejado un aumento del ingreso promedio en todos los sectores de la economía, siempre que los países apliquen la fórmula correcta, agregó.
Pero aunque muchas personas están percibiendo abultadas ganancias, la panelista Leila Janah, fundadora y Presidenta de la organización sin fines de lucro Sama, advirtió que también se observa un estancamiento económico en los segmentos de menores ingresos de la sociedad, lo que ha generado agitación social. “Si no hacemos lo que tenemos que hacer para entender las dificultades que asedian a estas personas, podríamos pagarlo muy caro”, dijo.
La empresa de Janah, con sede en Silicon Valley, contrata trabajadores de países en desarrollo que viven por debajo de la línea de pobreza para desempeñarse en empresas de alta tecnología en centros informáticos locales. Al dividir proyectos de grandes dimensiones en pequeñas unidades de trabajo, la empresa puede contratar personas con relativamente escasa capacitación.
Según Janah, uno de los motores de transformación más poderoso es el acceso a Internet de gran velocidad a bajo costo.
Para la panelista Hilda Moraa, fundadora de la nueva empresa keniata Weza Tele, la tecnología móvil ha cambiado las reglas del juego. Señaló que en África el teléfono móvil revolucionó el crédito al permitir el acceso a financiación en una escala antes impensable.
Alterar o que nos alteren
Pero aunque la tecnología ha sido un motor del avance económico, también hay un aspecto sombrío para los rezagados, observaron los oradores.
La era digital que se avecina “será un período en el que si no generamos alteraciones, las sufriremos”, señaló Chambers, y advirtió que un 40% de las empresas en Estados Unidos, Asia y Europa podría desaparecer en la próxima década.
Como esto inevitablemente llevará a una pérdida de empleo, preguntó Lagarde, ¿qué debe hacer la gente para adaptarse?
Los oradores estuvieron de acuerdo en que la clave está en la educación. Necesitamos un nuevo modelo educativo: el actual ya no funciona”, dijo el panelista Ray Kurzweil, inventor, autor y futurólogo. Las ideas creativas en este ámbito son fundamentales, advirtió Chambers, y no hay tiempo que perder: “Debemos actuar rápidamente en educación, y dejar de seguir el viejo modelo de pensamiento lineal”.
La parte fácil
Uno de los aspectos más arduos de la era digital será adaptar las políticas e incentivos vigentes de los gobiernos. Mientras que la tecnología está cambiando vidas a una velocidad cada vez más rápida, es posible que las políticas públicas reaccionen lentamente.
“La tecnología es la parte fácil”, dijo Chambers. “Lo difícil será que las empresas y los países cambien la cultura, la organización y los mecanismos de recompensa”.
La nueva economía exigirá una reformulación de las políticas en muchos niveles, señaló Janah. “Como las computadoras están haciendo tanto más trabajo, por primera vez tendremos una enorme cantidad de gente que pueden subsistir sin trabajar”. Esto es algo positivo, dijo, pero los gobiernos deben considerar la posibilidad de instituir un ingreso básico universal para quienes pierden su empleo y tienen dificultad en hacer la transición hacia uno nuevo.
Al finalizar el seminario, los panelistas brindaron sus recomendaciones al FMI, y Moraa dijo en sus palabras de cierre: “Inviertan en los jóvenes para que sean parte de su visión. Los jóvenes deberán dirigir la economía en las generaciones venideras”.