Directorio Ejecutivo del FMI analiza las perspectivas y desafíos macroeconómicos de los países en desarrollo de bajo ingreso
12 de enero de 2017
- El brusco reacomodamiento de los precios mundiales de las materias primas ha representado un importante retroceso para los países en desarrollo de bajo ingreso que las exportan, y una cierta ventaja para los demás. Como consecuencia, las perspectivas de crecimiento son cada vez más divergentes.
- En una era de precios moderados de las materias primas, las perspectivas de los países exportadores de materias primas están estrechamente relacionadas con el éxito que tengan estos países a la hora de implementar políticas para hacer frente a altos déficits fiscales, niveles inferiores de reservas externas y elevadas tensiones económicas y financieras.
- La cantidad, calidad y accesibilidad de la infraestructura en los países en desarrollo de bajo ingreso es considerablemente inferior a la de otras economías y una prioridad para muchos de estos países es reforzar el papel del sector privado en este ámbito.
Mientras que muchos países en desarrollo de bajo ingreso siguen lidiando con los bajos precios de las materias primas, el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) examinó las cuestiones de política que afectan específicamente a estos países, identificó las tensiones en el sector financiero y deficiencias en infraestructura como prioridades que deberían abordarse, y señaló la importancia de la interacción colaborativa con los países afectados.
El 19 de diciembre de 2016, el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) analizó un documento de trabajo sobre la evolución macroeconómica de los países en desarrollo de bajo ingreso. El documento examina las perspectivas y vulnerabilidades económicas y fiscales de este grupo de países, las tensiones en el sector financiero y los desafíos relacionados con la inversión pública en infraestructura.
El brusco reacomodamiento de los precios mundiales de las materias primas ha representado un importante retroceso para los países en desarrollo de bajo ingreso que las exportan, y una cierta ventaja para los demás. Como consecuencia, las perspectivas de crecimiento son cada vez más divergentes. Los exportadores de materias primas han experimentado una marcada desaceleración de la actividad económica, y algunos sufren una fuerte contracción. En cambio, en los países en desarrollo de bajo ingreso que han diversificado sus bases exportadoras y dependen en menor medida de las materias primas, el crecimiento ha sido fuerte en líneas generales, aunque en algunos ha sido más débil a causa de las dificultades generadas por efectos de contagio externos adversos, políticas internas débiles, programas de estabilización o desastres naturales.
Para los exportadores de materias primas, las perspectivas siguen dependiendo en gran medida de que puedan implementar políticas para hacer frente a un ingreso fiscal severamente reducido, déficits fiscales cada vez más elevados, niveles más bajos de reservas externas y presiones cambiarias. Si bien la situación es menos urgente en la mayoría de los países en desarrollo de bajo ingreso cuyas exportaciones son diversificadas, en muchos de ellos los desequilibrios fiscales y externos también se han ampliado. Muchos deberán encontrar un mejor equilibrio entre el gasto para el desarrollo y la reconstrucción de los márgenes de maniobra para aplicar políticas anticíclicas y el fortalecimiento de la resiliencia económica. Tanto en los exportadores de materias primas como en los países que han diversificado sus exportaciones, están aumentando los niveles de deuda que, en algunos casos, ya eran elevados.
Las vulnerabilidades a un deterioro del desempeño macroeconómico siguen siendo elevadas, sobre todo entre los exportadores de materias primas, pero también en algunos exportadores cuyas exportaciones son diversificadas, donde los shocks de remesas y las malas políticas han hecho estragos. Además, han surgido tensiones en el sector financiero de alrededor de una quinta parte de los países en desarrollo de bajo ingreso, que han derivado en quiebras bancarias e intervenciones de supervisión; y nada menos que tres quintas partes de los exportadores de materias primas se enfrentan a un riesgo elevado de tensión en el sector financiero en los próximos uno o dos años. Una de las fuentes estructurales de vulnerabilidad es un patrón de debilidades de supervisión bancaria comunes a muchos países en desarrollo de bajo ingreso: facultades e independencia de supervisión inadecuados, capacidad de supervisión débil y de escasos recursos, uso insuficiente de evaluaciones basadas en el riesgo (más que en el cumplimiento) y bajo nivel de ejecución de las normas y las decisiones. Además, los países en desarrollo de bajo ingreso presentan riesgos fiscales substanciales que surgen de una variedad de factores, como la volatilidad del ingreso relacionado con las materias primas y el desembolso de donaciones entregadas, así como los pasivos contingentes de las empresas estatales y el aumento de las asociaciones público-privadas (APP).
En líneas generales, la inversión pública —por ejemplo, en infraestructura— se incrementó en los países en desarrollo de bajo ingreso en los últimos 15 años. Sin embargo, la cantidad, calidad y accesibilidad de la infraestructura sigue siendo considerablemente más baja en estos países que en otras economías. Fuera del sector de las telecomunicaciones, el principal proveedor de servicios de infraestructura en estos países es el sector público. La participación privada está canalizada en gran medida por las APP, que se concentran sobre todo en el sector de la energía, y cuyo volumen se ha reducido recientemente tras un aumento pronunciado a principios de la década de 2010. Las donaciones y los préstamos en condiciones concesionarias de socios para el desarrollo constituyen una fuente esencial y estable de financiamiento para la infraestructura en estos países. Los préstamos internacionales son un complemento importante en algunos países, pero el volumen prestado por esos medios ha caído en los últimos dos años. Una encuesta del FMI sugiere que la escasez de fondos es un impedimento usual al aumento de la inversión en infraestructura.
Evaluación del Directorio Ejecutivo [1]
Los directores ejecutivos agradecieron la exhaustiva evaluación de la evolución macroeconómica de los países en desarrollo de bajo ingreso, muchos de los cuales encuentran escollos considerables como consecuencia de la caída de los precios de las materias primas. También apreciaron la atención que se presta en el documento a la diversidad de situaciones y experiencias entre los distintos países, y consideraron oportuno y apropiado analizar más a fondo los problemas del sector financiero y la provisión de infraestructura pública.
Los directores observaron que la evolución económica de los países en desarrollo de bajo ingreso sigue viéndose muy afectada por la marcada caída de los precios de las materias primas que comenzó a mediados de 2014. Los países que dependen de sus exportaciones de estos productos han sufrido una erosión importante de las ganancias por exportaciones e ingresos presupuestarios, lo que contribuye a la desaceleración del crecimiento, la profundización de los desequilibrios fiscales y la merma de las reservas de divisas. En cambio, la mayoría de los países en desarrollo de bajo ingreso cuyas exportaciones están más diversificadas siguieron gozando de un crecimiento fuerte, apuntalado por la reducción de sus gastos en petróleo, si bien algunos se vieron perjudicados por la caída de las remesas, el conflicto interno y los desastres naturales.
En este escenario, los directores subrayaron la necesidad de que las autoridades de los países mantengan la vigilancia y adopten políticas de respuesta decisivas según sea necesario. También destacaron la importancia de que el FMI efectúe una rigurosa supervisión y ofrezca asesoramiento adaptado a las circunstancias de los países afectados, así como de trabajar en colaboración con otras instituciones y donantes multilaterales para brindar asistencia a los países en desarrollo de bajo ingreso. En ese sentido, muchos directores instaron a seguir reflexionando sobre posibles vías para fortalecer la colaboración entre el FMI y el Banco en su trabajo en estos países.
Los directores coincidieron en que muchos exportadores de materias primas deben realizar nuevos ajustes políticos para restablecer sus posiciones fiscales y externas. La consolidación fiscal es un imperativo, y en algunos casos puede corresponder hacer ajustes en el tipo de cambio, de ser posible, y endurecer la política monetaria, además de procurar reconstituir las reservas en moneda extranjera. Los directores pusieron de relieve la necesidad de incrementar el ingreso presupuestario —por ejemplo, ampliando la base tributaria— y recortar el gasto sin dejar de proteger la porción que sea esencial para impulsar el crecimiento ni de resguardar a los grupos más vulnerables. También enfatizaron que es fundamental diversificar la base económica para incrementar la resiliencia. Los directores instaron a los donantes a ampliar su apoyo para los países que están efectuando ajustes difíciles, e indicaron que el FMI debe estar dispuesto a brindar apoyo bien calibrado para los programas de ajuste sólidos.
Los directores expresaron su satisfacción por el fuerte crecimiento de los países en desarrollo de bajo ingreso cuya base de exportación está más diversificada, si bien señalaron que algunos países más pequeños y frágiles no corren la misma suerte, y mostraron su preocupación por el aumento de los déficits fiscales y los niveles de deuda de muchas economías en rápido crecimiento. Si bien señalaron que el aumento de los niveles de inversión pública ha sido un factor coadyuvante en muchos casos, los directores destacaron la importancia de lograr un equilibrio entre los objetivos de incrementar el gasto para el desarrollo a largo plazo, por un lado, y de reconstituir el margen de maniobra para aplicar políticas anticíclicas y evitar la acumulación de deuda insostenible, por el otro.
Los directores expresaron su preocupación por el aumento de las tensiones del sector financiero en una cantidad considerable de países en desarrollo de bajo ingreso, sobre todo entre los exportadores de materias primas, e instaron a las autoridades normativas correspondientes a llevar a cabo una supervisión proactiva para garantizar que esas tensiones estén correctamente contenidas. También señalaron las debilidades transversales de la supervisión del sector financiero que se desatacan en el documento e instaron a las autoridades nacionales a diseñar y poner en práctica, con el apoyo de sus socios para el desarrollo y del FMI, reformas para fortalecer sustancialmente la regulación y supervisión del sector financiero. Los directores señalaron que las evaluaciones y la asistencia técnica del FMI serán importantes en esta área.
Los directores recibieron de buen grado el análisis del personal técnico sobre las fuentes principales de riesgo fiscal a mediano plazo en los países en desarrollo de bajo ingreso. Solicitaron priorizar el esfuerzo en pos de fortalecer la gestión del riesgo, tomando en cuenta las limitaciones de capacidad de los países, y recomendaron apuntalar la resiliencia, por ejemplo, mediante la diversificación de productos y mercados de exportación y de una mayor integración regional.
Los directores coincidieron en que las deficiencias de infraestructura siguen siendo un obstáculo fundamental para el crecimiento en este conjunto de países. Hicieron hincapié en que deberán tomarse medidas en diversos frentes a fin de financiar los niveles necesarios de inversión pública y, al mismo tiempo, asegurar la sostenibilidad de la deuda; entre ellas, estimular el ahorro público mediante una mayor movilización de fondos nacionales y contener los gastos no prioritarios; garantizar el uso eficiente de los fondos fortaleciendo la gestión de la inversión pública; desarrollar los mercados locales de capital, y aprovechar todas las fuentes disponibles de financiamiento en condiciones concesionarias. También debe fomentarse el papel del sector privado en la generación de infraestructura siempre que sea posible. Será necesario hacer esfuerzos concertados por mejorar el entorno normativo y macroeconómico, así como la capacidad de los países de negociar e instaurar APP a fin de equilibrar la distribución del riesgo entre los socios púbicos y privados. Los bancos multilaterales de desarrollo también deberán desempeñar un papel importante en la promoción de la inversión del sector privado en infraestructura por medio de la provisión de asistencia técnica para los gobiernos que deseen atraer inversiones, de la participación activa de las áreas dedicadas al sector privado en proyectos de infraestructura y de la generación de mecanismos bien diseñados de mitigación del riesgo. Los directores resaltaron el papel que desempeña el FMI a la hora de evaluar las ventajas macroeconómicas de la inversión en infraestructura y brindar asesoramiento y asistencia técnica para incrementar la eficiencia de la inversión pública y mejorar la gestión de la deuda, teniendo en cuenta las experiencias de los diversos países.
Los directores apoyaron la práctica de celebrar un debate anual formal del Directorio sobre las condiciones macroeconómicas y financieras de los países en desarrollo de bajo ingreso a fin de comprender mejor las cuestiones normativas específicas de esos países —varios de los cuales se categorizan como países vulnerables o en situación frágil— y de establecer prioridades para la interacción del FMI con ellos. Además, los directores señalaron que el documento será un aporte importante para los debates del Directorio que se celebrarán próximamente sobre el marco de sostenibilidad de la deuda en los países de bajo ingreso y los servicios financieros del FMI para los países de bajo ingreso.
[1] Al concluir las deliberaciones, el Director Gerente, como Presidente del Directorio, resume las opiniones de los Directores Ejecutivos, y el resumen se comunica a las autoridades del país. En el siguiente enlace consta una explicación de las expresiones utilizadas en las exposiciones sumarias: http://www.imf.org/external/spanish/np/sec/misc/qualifierss.htm.
Departamento de Comunicaciones del FMI
RELACIONES CON LOS MEDIOS
OFICIAL DE PRENSA:
TELÉFONO:+1 202 623-7100CORREO ELECTRÓNICO: MEDIA@IMF.org