Credit: Brendan Hoffman/IMF Photos

Europa podría esforzarse aún más para apoyar a los refugiados de Ucrania

Una mayor integración a las economías y los mercados de trabajo beneficiaría a Europa y los refugiados.

Casi 8 millones de refugiados han huido de Ucrania desde la invasión rusa en febrero, lo que representa la ola más grande de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, y la mayoría de ellos se encuentran ahora en la Unión Europea. Estas cifras aumentarán dependiendo de la duración y la intensidad de la guerra.

El objetivo primordial es crear las condiciones para que los refugiados puedan volver a casa una vez que la guerra finalice y comience la reconstrucción. Sin embargo, es posible que los refugiados permanezcan durante algún tiempo en sus países adoptivos. Con políticas adecuadas, esto podría ser positivo para los países que los reciben, sobre todo debido a la escasez de su mano de obra y el envejecimiento de su población. 

Muchos de quienes han huido de la guerra tienen un perfil demográfico distinto del de los refugiados de olas anteriores, como señalan encuestas realizadas en Alemania, Moldavia y Polonia, según las cuales la mayoría son niños y mujeres menores de 40 años de edad.

Europa reaccionó brindando apoyo rápido y decisivo, y 4,8 millones de ucranianos se han inscrito para recibir protección temporal en la UE o en programas nacionales similares. La UE ha eliminado muchas de las barreras que normalmente enfrentan los refugiados, ofreciéndoles derechos de residencia, permisos de trabajo y acceso a atención médica, escuelas, vivienda y servicios bancarios.

El bloque provee además financiamiento para apoyar a los refugiados de Ucrania en los Estados miembros más afectados, como Moldavia y algunos otros países, y ha modificado sus normas para simplificar el proceso de reorientación de los fondos existentes.

Brindar apoyo a los refugiados conlleva costos fiscales a corto plazo. En toda la UE, estos costos podrían alcanzar entre EUR 30.000 millones y 37.000 millones en el primer año, o aproximadamente el 0,2% del producto interno bruto, como señalamos en nuestra última edición de las Perspectivas económicas regionales, publicada en el mes de octubre. Los países con una porción mayor de refugiados, como Estonia, Moldavia, Polonia y la República Checa, podrían incurrir en costos fiscales equivalentes a aproximadamente el 1% del PIB este año. La proporción mayor de mujeres y niños dará origen a un aumento del gasto en servicios de cuidado infantil, educación y atención médica.

No obstante, en el mediano plazo, los refugiados podrían dar un impulso al crecimiento económico y la recaudación fiscal, al tiempo que ayudarían a aliviar la actual escasez de mano de obra reinante en algunas partes de Europa. Estimamos que los refugiados ucranianos podrían aumentar el tamaño de la fuerza laboral europea en más del 0,6% para fines de 2022, y en 2,7% en los países donde llegan mayor cantidad de personas que aliviarán la escasez de mano de obra.

Es probable que cualquier incremento del desempleo debido a este aumento de la mano de obra sea temporal, y las primeras señales de la integración de los refugiados a los mercados de trabajo europeos son prometedoras. Por ejemplo, existen indicios de que los refugiados en Polonia y el Reino Unido han encontrado trabajo relativamente rápido.

La forma en que los nuevos refugiados afectarán al crecimiento económico en los próximos años dependerá principalmente de la velocidad y calidad de su integración a los mercados laborales, en particular de si terminan en empleos mal remunerados que no son equivalentes a su formación o sus habilidades. Esta preocupación de que sus habilidades se puedan desaprovechar constituye un riesgo, ya que los refugiados de Ucrania en general tienen un buen nivel educativo. Al menos la mitad de las mujeres en edad de trabajar han completado la educación terciaria, y esta proporción es aún mayor en algunos países, llegando a casi tres cuartas partes, por ejemplo, en Alemania.

Más allá de combatir los terribles efectos económicos y sociales de la guerra en la propia Ucrania, Europa puede hacer más para ayudar a integrar a los refugiados en sus sociedades y economías. Esto ayudará a las economías anfitrionas y preparará a los refugiados para un futuro regreso exitoso. También podría significar un aprendizaje sobre cómo integrar a los refugiados de otros rincones del mundo que, aunque no tengan las mismas aptitudes profesionales que los de Ucrania, igual pueden contribuir al crecimiento.

  • Las políticas laborales activas, que hasta ahora se han usado en mayor o menor grado, podrían adaptarse para optimizar las aptitudes de los refugiados y su éxito en el mercado laboral. Estas políticas podrían consistir, por ejemplo, en el reconocimiento de su formación, la enseñanza de idiomas y los servicios de búsqueda de empleo idóneo.

     

  • Los servicios asequibles de cuidado infantil también son clave para que las mujeres de Ucrania puedan participar plenamente en los mercados laborales de los países que las reciben.

     

  • Los gobiernos centrales deberán financiar suficientemente a los gobiernos locales, que normalmente aplican programas no solo de políticas laborales activas sino también de educación, atención médica, bienestar social y vivienda, todas las cuales necesitarán apoyo continuo.

La necesidad de brindar mayor apoyo a los refugiados de Ucrania llega en un momento difícil para Europa, cuando los países enfrentan el aumento de los precios de la energía y los alimentos y una desaceleración aguda del crecimiento económico. No obstante, es importante mantener la fuerte solidaridad que hasta ahora ha permitido a Europa responder tan eficazmente a la crisis de los refugiados. Las políticas que ayudan a los refugiados a integrarse económicamente ayudarán tanto a Europa como a quienes huyen de Ucrania.