Empleo y crecimiento: Respaldando la recuperación europea

Por Christine Lagarde
28 de enero de 2013

Al comenzar el nuevo año, Europa se enfrenta tanto a buenas como a malas noticias. Voy a empezar por lo bueno. El crecimiento por fin está cobrando impulso en la zona del euro mientras esta emerge lentamente de una profunda recesión. ¿Y lo malo? Casi 20 millones de personas siguen sin trabajo. No podemos decir que la crisis ha terminado hasta que se reviertan sus efectos sobre el empleo.

Se observan dos tendencias especialmente preocupantes, ahora y en el futuro. Me preocupa mucho el elevado nivel de desempleo de larga duración: casi la mitad de los desempleados llevan más de un año sin trabajar. También me sigue preocupando el gran número de jóvenes sin empleo: casi una cuarta parte de los europeos menores de 25 años que están buscando empleo no pueden encontrarlo. En Italia y Portugal, más de una tercera parte de los jóvenes menores de 25 años están desempleados, y en España y Grecia más de la mitad.

Empleo y crecimiento: Una vía de doble sentido

En un nuevo libro titulado “Empleo y crecimiento: Respaldando la recuperación europea", preparado por el personal técnico del FMI, se analizan los desafíos que nos esperan y se propone una hoja de ruta para la recuperación en el continente. Este libro y esta hoja de ruta deberían contribuir al debate en curso en torno a estas cuestiones urgentes.

El análisis presentado en el libro se centra en la relación entre el empleo y el crecimiento: la tan conocida vía de doble sentido. Cuando el desempleo es elevado, el crecimiento es bajo porque la gente consume menos, y las empresas invierten y contratan menos. Esto significa que la manera más eficaz de crear empleo es reactivar el crecimiento. Según algunas estimaciones, un punto porcentual adicional de crecimiento en las economías avanzadas reduciría el desempleo en estas economías en alrededor de medio punto porcentual, reincorporando a la vida laboral a más de 4 millones de personas. Por lo tanto, para crear empleo, debemos impulsar el crecimiento económico.

¿Cómo puede hacerse? A corto plazo, no hay duda de que es necesario mantener una política monetaria y fiscal inteligente para proteger la recuperación.

Hoja de ruta para la recuperación: Tres prioridades

Pero, ¿cuál es el siguiente paso? La hoja de ruta para la recuperación presentada en este nuevo libro pone de relieve tres prioridades a mediano y largo plazo.

En la zona del euro, creo que es urgente reforzar el marco institucional de la unión monetaria. Una manera excelente de comenzar sería poner en marcha todos los elementos de una unión bancaria. Esto garantizaría la estabilidad del sector financiero y abordaría los efectos de contagio derivados de una posible inestabilidad. La capacidad para llevar a cabo una resolución puntual, eficaz y poco costosa de los bancos en dificultades a través de un mecanismo único ayudaría a romper el vínculo negativo que existe entre los bancos y las entidades soberanas, donde, el gobierno, al respaldar a un sector bancario debilitado, pone en duda la sostenibilidad de la deuda pública, lo que a su vez alimenta la preocupación por la solidez del sector bancario, sector que suele mantener importantes tenencias de deuda pública. Esta medida también ayudaría en forma considerable a reducir la incertidumbre entre los inversionistas.

La segunda prioridad debe ser que los hogares, las empresas y, en última instancia, el sector público reduzcan sus elevados niveles de deuda. No se logrará un repunte duradero del crecimiento hasta que se hayan abordado los problemas creados por la crisis en los balances. Lamentablemente, el lento crecimiento de la demanda mundial da pocas esperanzas de que estos sectores puedan salir con facilidad de su situación de deuda. Esto significa que la presión al desapalancamiento —la necesidad de reducir la deuda aumentando el ahorro— es cada vez mayor, lo que pone en peligro la recuperación.

El análisis del FMI indica que los elevados niveles de deuda del sector privado podrían ser particularmente problemáticos y, por lo tanto, deberían abordarse en primer lugar. El desapalancamiento del sector privado hoy puede respaldar un crecimiento autosostenido en el futuro. Según las circunstancias de cada país, las autoridades económicas podrían lograr este objetivo estableciendo o reforzando las microestructuras adecuadas, como ser marcos de insolvencia eficaces para evitar períodos prolongados de desapalancamiento y proteger el crecimiento; dichos marcos podrían incluir, por ejemplo, procedimientos rápidos y flexibles de quiebras empresariales y quiebras personales.

También debe reducirse la deuda pública. En un entorno de crecimiento más bajo, es necesario avanzar gradualmente siempre que los mercados lo permitan, aplicando políticas ancladas en un compromiso duradero para mantener la consolidación fiscal a un ritmo sostenido pero razonable a mediano plazo. Asimismo, la consolidación debe verse como una oportunidad para elaborar presupuestos que sean más propicios para el crecimiento, por ejemplo, reorientando la presión fiscal de los impuestos directos a los indirectos.

Con respecto a la tercera prioridad, las reformas de los mercados de productos y de trabajo pueden contribuir de manera significativa a desarrollar plenamente el potencial de crecimiento de un país. Ser ágil y competitivo abre nuevas oportunidades en un mundo en que los procesos de producción abarcan cada vez más a más de un país. La República Checa y la República Eslovaca —que se han convertido en importantes productores intermediarios para la industria automovilística alemana—constituyen buenos ejemplos de cómo un país puede integrarse a una cadena de suministro y, a lo largo del tiempo, aumentar el valor añadido interno y el crecimiento. Es importante señalar que las reformas estructurales globales tienden a tener mayor impacto que las parciales. Naturalmente, soy consciente de que las prioridades específicas de la reforma y su diseño variarán considerablemente de un país a otro. Por ejemplo, la reducción de las rigideces estructurales en el sector de servicios alemán mediante, entre otros mecanismos, la revisión y armonización de los requisitos de acceso a los servicios profesionales, puede ayudar a aumentar la productividad en este ámbito y estimular la demanda interna. En España, por ejemplo, las recientes reformas del mercado de trabajo están dando sus primeros frutos.

El camino que nos queda por delante será indudablemente difícil, y existen diferentes opiniones con respecto a lo que deberían hacer las autoridades económicas. Reactivar y sostener el crecimiento es un desafío complejo que requiere actuar en múltiples frentes. Es un debate en el que todos debemos participar porque nos afecta a todos: a todos los ciudadanos europeos y a los de otras regiones.



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