Discursos

Discurso de clausura pronunciado por Rodrigo de Rato, Director Gerente del Fondo Monetario Internacional, en las deliberaciones anuales conjuntas

22 de octubre de 2007

1. Señor Presidente, deseo aprovechar esta oportunidad para expresar mi agradecimiento, a usted, a los gobernadores y a los concurrentes, por la labor realizada durante este largo fin de semana. Este es, nuevamente, un encuentro de gran importancia entre las dos instituciones, encuentro en el que se han tomado muchas decisiones y al que se le ha dedicado un gran esfuerzo, tanto antes de las reuniones como durante su transcurso.

Estas reuniones brindan a los gobiernos la oportunidad de encontrarse una vez al año para dialogar, no solo en un foro multilateral, sino también en reuniones bilaterales con nosotros y con otros países. Por eso las Reuniones Anuales de las Instituciones de Bretton Woods no solo son una ocasión inigualable, son también una excelente oportunidad para anunciarle al mundo la capacidad que poseen los países para superar los retos de una economía globalizada.

Desde el punto de vista del FMI, esta reunión también fue un paso muy importante en el programa de reforma. El sábado fue una jornada de trabajo muy intensa y fructífera para el CMFI. Personalmente, me siento muy alentado al ver que estamos forjando un consenso en torno a reformas muy difíciles que exigen un empeño decidido por parte de todos. Creo que cuando el Gobernador Kane, hablando hoy en nombre del Grupo Africano, afirmaba "Debemos subrayar la necesidad de concesiones mutuas para lograr un consenso", definía muy bien lo que hemos estado haciendo hasta ahora y ciertamente lo que tendremos que hacer durante los 12 próximos meses.

Las reuniones también son tradicionalmente una ocasión para pasar revista a la economía mundial y a las economías regionales. Este año las perspectivas económicas mundiales están rodeadas de más incertidumbre que la habitual. Por eso han sido tan útiles las reuniones oficiales y los seminarios organizados estos últimos días. Ayer tuve oportunidad de asistir a la intervención de Alan Greenspan organizada por la Fundación Per Jacobsson y creo que fue sumamente esclarecedora para todos.

Hemos escuchado hoy muchos discursos importantes. Permítanme mencionar apenas dos. El Gobernador Kwon, de Corea, ha propuesto algunos principios muy útiles para la reforma del sector financiero que, en mi opinión, todos deberíamos tener en cuenta. Y el Gobernador Endo, de Japón, ha sugerido que concentráramos la labor de supervisión en un análisis dinámico del riesgo de crisis financieras a mediano plazo. Ambos discursos son emblemáticos de la calidad de las intervenciones realizadas durante el día.

No podría dejar pasar esta ocasión sin sumar mis palabras de agradecimiento a las de Bob Zoellick. Quiero dar las gracias al Gobernador por Estados Unidos y a las autoridades nacionales y de la ciudad de Washington, anfitriones de tres de las cuatro Reuniones Anuales en las que he participado en calidad de Director Gerente. Estoy muy agradecido por haber podido celebrar las reuniones aquí. También desearía dar las gracias al cuerpo de Policía de la ciudad, que ha velado por nuestra seguridad, y a los habitantes de Washington, que nos invitaron a su ciudad y que, como todos ustedes saben, han sufrido embotellamientos y otros inconvenientes debido a nuestra presencia.

Asimismo, mi agradecimiento a usted, Sr. Presidente, y a los Secretarios del Banco Mundial y del FMI por la conducción de las reuniones, y a mi colega Bob Zoellick, por la colaboración que me ha brindado estos últimos días y la labor que realizó estos últimos meses.

Este encuentro no habría tenido lugar sin el trabajo de cientos de personas. Muchas trabajan junto al Director Gerente y al Presidente, y muchas otras a todos los niveles de estas dos importantes instituciones. Son ellas las que redactaron informes de primera calidad, prepararon calendarios, organizaron actividades y tradujeron nuestras palabras, como mencionó Bob Zoellick.

Y por último, mi especial agradecimiento al personal de la Oficina de Conferencias y de la Secretaría Conjunta del Banco y del Fondo, sin quienes nada de esto habría sido posible. A ellos no hay necesidad de enseñarles nada sobre la cooperación entre el Banco Mundial y el FMI, porque en ellos está personificada, y desempeñan una labor magnífica. En cuanto dejemos esta sala, probablemente para hacer un alto y reponernos, ellos comenzarán a preparar las reuniones del año que viene, de la misma manera que comenzaron a organizar este encuentro en cuanto concluyeron las reuniones de Singapur el año pasado. Creo que el éxito de estas reuniones está en manos de estos diligentísimos colegas como en las de nadie, y espero que todos sepan cuán agradecidos les estamos.

Y por supuesto, gracias nuevamente a todos ustedes, y espero que tengan un muy buen viaje de regreso a sus hogares.