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Marco Arnone Buon giorno! Me llamo Marco Arnone y trabajo de economista en el FMI. Una de las cosas que para mí es más importante es tener una gran panorámica. |
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Venimos de todas partes del mundo
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A otros les gusta fijarse en todos los detalles. Pero para poder ver adónde va encaminada la economía de un país, tengo que mirar la situación en conjunto. La diferencia entre el FMI y otras instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial es, precisamente, que usamos un gran angular. Nosotros estudiamos el panorama macroeconómico, y ellos se concentran a escala más pequeña. Nuestro trabajo viene antes, pero el de ellos exige un contacto más directo: la gente del Banco Mundial viaja dentro de un país visitando pueblitos, o supervisando proyectos de desarrollo que está financiando. Nosotros nos limitamos a prestarle dinero a un gobierno cuando, por ejemplo, hay problemas con la balanza de pagos; es decir, cuando hay una escasez de divisas porque se importa más de lo que se exporta. En ese caso, el país miembro y el FMI se ponen de acuerdo sobre un programa para restablecer la estabilidad macroeconómica. Es una diferencia importante. Gran parte de mi trabajo consiste en viajar a países miembros como parte de una misión del FMI. Todos los años, después de cada viaje, preparamos una "panorámica" de la economía del país. Para eso nos reunimos con funcionarios del gobierno y del banco central. Miramos por ejemplo si el gobierno tiene un déficit presupuestario, que es un tema fiscal. También estudiamos la tasa de inflación y las tasas de interés, que son un tema monetario. Averiguamos, entre otras cosas, si la economía está creciendo. Muchos países en desarrollo tienen que crear o afianzar muchas de las instituciones y estructuras financieras que en los países más ricos mantienen la estabilidad y la productividad de la economía. Así es que el FMI también les proporciona asistencia técnica, asesorándolos por ejemplo sobre la creación de un mercado de bonos o ayudando al gobierno a manejar las finanzas de manera más eficiente.
Los representantes del gobierno debaten internamente qué necesidades podrían plantearse. Nosotros hacemos una evaluación de la economía nacional, les brindamos asesoramiento sobre las reformas y les aconsejamos que las pongan en práctica. Por ejemplo, quizás los bancos tengan problemas porque los deudores no devuelven los préstamos. Lo que hacemos entonces es sugerirle al gobierno las medidas que podría tomar para afianzar las reglamentaciones y hacer cumplir las leyes. Lo que a mí me toca hacer es más que crear programas abstractos: también intento que haya confianza entre la gente. Es fundamental que exista un diálogo sobre las cuestiones económicas y tratamos de que todo se haga con un ánimo de gran cooperación. No quiero sonar demasiado optimista, pero la verdad es que un programa económico da mucho mejor resultado si hay un sentir común sobre lo que más le conviene al país y si todo el mundo está de acuerdo sobre lo que hay que hacer. Es importante que la gente sepa que no nos paseamos por el mundo imponiendo cosas. Parece haber echado raíces la idea de que nos ponemos por encima de los países, cuando en realidad estamos tratando de trabajar hombro con hombro. Cuanta más apertura haya en la toma de decisiones del FMI y de los países, mejor. A nivel personal, una vez que uno empieza a trabajar con un país, termina como amigo de la gente. Uno se interesa por cómo les van las cosas. Lo que más queremos es que puedan vivir mejor. Si pensamos en la labor que tenemos por delante, lo más difícil será acostumbrarse al cambio mundial. Las economías evolucionan, los países cambian. Tenemos que facilitar ese cambio, y también el crecimiento de los países miembros. Los problemas a los que se enfrentan todos los días son también problemas nuestros. La verdad es que el Fondo no tiene ningún paralelo. Todos los días tenemos que pensar a nivel mundial. Todos los días estamos al tanto de lo que sucede en 183 países y en la condición económica de todo el sistema. Ya sea coordinando políticas o formulando ideas que comparten países e instituciones, el papel que desempeñamos es vital. La estabilidad macroeconómica es una tarea ardua que no puede realizar ninguna otra institución. Arrivederci!
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