Democratizar la innovación permite explotar el talento desaprovechado e impulsar el crecimiento económico

En contra de lo que dice el proverbio de Platón de 2.400 años de antigüedad, la necesidad por sí sola no es la madre de la invención. También son necesarias las oportunidades. Según estudios recientes, la probabilidad de que una persona se dedique a la innovación depende de la situación de sus padres en materia de ingresos y factores sociológicos. Los niños muy talentosos que provienen de entornos desfavorecidos tienden a innovar mucho menos de lo que podrían, mientras que los niños de familias de mayor riqueza o educación tienen muchas más probabilidades de dedicarse a eso.

Esto da lugar al fenómeno de los "Einsteins perdidos" y las "Marie Curies perdidas", términos que acuñé junto con los investigadores Alex Bell, Raj Chetty, Neviana Petkova y John Van Reenen (2019). Las mujeres, en particular, se encuentran notablemente subrepresentadas entre los innovadores de todo el mundo. Y no se trata de un problema menor. Según Ruchir Agarwal, Ina Ganguli, Patrick Gaule y Geoff Smith (2023), a nivel mundial, la producción científica de las futuras generaciones podría aumentar hasta un 42% si los jóvenes con talento de todo el mundo tuvieran las mismas oportunidades para desarrollar su potencial.

Así pues, democratizar el acceso mundial a las carreras en innovación es fundamental para ampliar el crecimiento a largo plazo y reducir las desigualdades. Si aprovechamos la enorme reserva de talento sin explotar, podremos alcanzar las tasas de crecimiento más elevadas necesarias para abordar retos decisivos como la transición ecológica, la sostenibilidad de la deuda pública y la reducción de la pobreza, así como la disminución de las desigualdades intergeneracionales y de género. Con políticas sencillas y focalizadas se puede democratizar la innovación. Las implicaciones macroeconómicas son enormes.

Los progenitores como antecedente

Con mis colegas de investigación publicamos hace seis años un estudio en el que analizamos quiénes se convierten en inventores en Estados Unidos. A partir de datos para el período 1996–2012 de la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos, observamos una correlación entre los ingresos de los progenitores y la probabilidad de obtener una patente (gráfico 1). Entre las personas con progenitores cuyos ingresos se situaban por debajo del percentil 80 se registraban menos de 4 inventores por cada 1.000 personas. Entre las personas cuyos progenitores se encontraban en el 20% con mayores ingresos, se registraban hasta 8 titulares de patentes por cada 1.000 personas.

Refinamos el análisis para comparar el acceso a las carreras en innovación de personas con puntuaciones similares en los exámenes de matemáticas de tercer curso de primaria. Los datos mostraron que los niños con peores resultados a esa edad, por lo general, tenían menos probabilidades de convertirse en inventores, independientemente de los ingresos de sus padres. Sin embargo, entre los niños que obtuvieron una puntuación igual o superior al percentil 90, aquellos cuyos padres se encontraban en el 20% con mayores ingresos llegaron a tener más del doble de patentes que los de familias con ingresos más bajos.

La contribución de los progenitores va más allá del apoyo financiero a la educación y la carrera de sus hijos en innovación. También incluye la transmisión de conocimientos y aspiraciones. En Finlandia, la educación es totalmente gratuita y el acceso a ella es universal, desde la educación infantil hasta los estudios de doctorado. A pesar de ello, investigadores dirigidos por Philippe Aghion, de la Escuela de Economía de Londres, en 2017 descubrieron importantes disparidades en el acceso a las carreras en innovación de magnitud comparable a las observadas en Estados Unidos. Esto sugiere que los factores sociológicos, más que las limitaciones financieras, desempeñan un papel fundamental a la hora de determinar estas disparidades. Los referentes en la infancia crean aspiraciones que influyen en las elecciones profesionales.

Implicaciones macroeconómicas

Los costos macroeconómicos del talento desaprovechado son impresionantes. Un modelo nuevo que creamos con Elias Einio y Josh Feng (2023) demuestra que la paridad de género en el acceso a las carreras en innovación podría impulsar el crecimiento de la productividad en un 70%. Para países de ingreso alto como Estados Unidos, esto se traduciría en un aumento anual del crecimiento de la productividad de entre el 2,0% y el 3,4% (gráfico 2). Un aumento tan importante tendría profundas repercusiones tanto en el bienestar de la sociedad como en los ingresos tributarios. El modelo de investigación también muestra que la mayor parte de los beneficios económicos se obtendrían al incorporar a los niños con mayores capacidades a las carreras en innovación.

Los antecedentes familiares son tan importantes como el género en tanto factores determinantes del acceso a las carreras en innovación. Ofrecer las mismas oportunidades a todas las personas englobadas en el 1% superior de la distribución de capacidades, independientemente de sus antecedentes familiares, podría aumentar las tasas de crecimiento del PIB en un 55%. Por lo tanto, es esencial reconocer la importancia macroeconómica de las políticas destinadas a reducir estas brechas, ya sean de género o socioeconómicas.

Rumbo de la innovación

Diversificar el colectivo de inventores traería consigo otra ventaja significativa. Además de acelerar el ritmo de la innovación, podría influir en su rumbo. Los ejemplos históricos sugieren que las experiencias personales de los innovadores suelen moldear su visión empresarial, lo que a su vez afecta a los grupos sociodemográficos que se benefician de esas innovaciones. Concretamente, los innovadores suelen centrarse en resolver problemas a los que ellos mismos se han visto enfrentados.

Por ejemplo, a finales del siglo XIX, la acaudalada Josephine Cochrane, de la alta sociedad estadounidense, inventó el lavavajillas automático con el fin de proteger su porcelana fina, ya que el servicio doméstico solía dañarla al lavarla a mano. Más recientemente, Christopher Gray desarrolló la aplicación de becas Scholly a partir de su propia experiencia como hijo de una luchadora madre soltera. Gray creó la aplicación para ayudar a los estudiantes a buscar oportunidades de becas privadas en función de criterios tales como la especialización o el estado de residencia. Mientras tanto, las emprendedoras que satisfacen necesidades desatendidas están impulsando un auge de la femtech: nuevas tecnologías de salud que benefician a las mujeres.

Las investigaciones muestran que los innovadores suelen crear productos a su medida, desde innovaciones médicas hasta aplicaciones móviles y bienes de consumo envasados. Por ejemplo, es más probable que los innovadores de familias con ingresos altos desarrollen productos dirigidos a consumidores de ingresos altos. Por lo general, evitan los sectores que atienden necesidades básicas, como la alimentación, y es más probable que se dediquen a sectores dirigidos a mercados de lujo, como las finanzas. Lo mismo ocurre con el género y la edad. Estas tendencias contribuyen a las disparidades de poder adquisitivo entre los distintos grupos de consumidores.

Fórmulas en cuanto a políticas públicas

Cada vez hay más pruebas de que para fomentar la innovación no solo se necesitan políticas generales en materia de capital humano, sino también iniciativas específicas que brinden una exposición concreta a las carreras relacionadas con la innovación. Bell et al. (2019) demuestran que si hubo inventores en el círculo cercano de un niño durante la infancia, este tendrá mayores probabilidades de convertirse en uno. Unos ensayos aleatorios controlados que se realizaron recientemente destacan la importancia de los programas de mentorías en la elección de una carrera, así como del efecto de la presencia de un modelo a seguir. Breda et al. (2023) constatan que incluso una breve exposición a referentes femeninos en algún campo científico influye significativamente en la elección de carreras universitarias por parte de las alumnas de secundaria. Su investigación revela un efecto particularmente acusado entre las alumnas con los mejores resultados del último año de secundaria, quienes tienen más probabilidades de matricularse en programas universitarios selectivos en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), un campo en el que predominan los hombres. Según los investigadores, la brecha de género en la matrícula en estos programas científicos se reduce significativamente tras una intervención de ese tipo. Otras políticas, como los programas de financiamiento focalizados, también podrían contribuir a reducir la brecha de talento en innovación en cuanto a género y origen socioeconómico.

Un sistema educativo más inclusivo también puede acelerar la difusión de la innovación. Aunque el programa "Marie Curies perdidas" se centra principalmente en identificar el talento desaprovechado para desarrollar nuevas tecnologías, para el crecimiento de la productividad resulta igual de importante ampliar la difusión de las que ya existen. Una mano de obra mejor formada es más capaz de adoptar nuevas tecnologías, lo que significa que reducir la brecha de rendimiento educativo entre grupos sociodemográficos o zonas locales puede facilitar la expansión de la innovación y, al mismo tiempo, reducir las desigualdades. Elio Nimier-David, de la Universidad de Cornell, demostró en un artículo publicado en 2023 que la creación de nuevas universidades en Francia durante la década de 1990 amplió el acceso a la educación y dio lugar a un aumento en la creación de nuevas empresas.

Además, una cuestión fundamental es democratizar el acceso a las carreras en innovación en los países de ingreso bajo. Agarwal et al. (2023) sugieren que esto sería posible si se redujeran los obstáculos a la inmigración y se ampliara la disponibilidad de becas para los mejores estudiantes extranjeros de las economías en desarrollo.

Los objetivos de innovación y crecimiento no tienen por qué lograrse a expensas de la movilidad social o la igualdad de género. Si explotamos el talento desaprovechado y garantizamos un acceso equitativo a las carreras en innovación, podremos acelerar tanto el progreso tecnológico como el avance social. Favorecer la diversidad de los innovadores es esencial no solo para el crecimiento económico, sino también para construir un futuro más inclusivo y próspero para todos. La democratización de la innovación alberga el mismo potencial de prosperidad que las revoluciones tecnológicas como la IA generativa, con muchos más beneficios en términos de inclusión e igualdad. Esa es la frontera invisible de la innovación.

XAVIER JARAVEL es profesor de Economía en la Escuela de Economía de Londres.

Las opiniones expresadas en los artículos y otros materiales pertenecen a los autores; no reflejan necesariamente la política del FMI.

Referencias:

Agarwal, R., I. Ganguli, P. Gaule, and G. Smith. 2023. “Why US Immigration Matters for the Global Advancement of Science.” Research Policy 52 (1): 104659.

Bell, A., R. Chetty, X. Jaravel, N. Petkova, and J. Van Reenen. 2019. “Who Becomes an Inventor in America? The Importance of Exposure to Innovation.” Quarterly Journal of Economics 134 (2): 647–713.

Breda, T., J. Grenet, M. Monnet, and D. Van Effenterre. 2023. “How Effective Are Female Role Models in Steering Girls towards STEM? Evidence from French High Schools.” Economic Journal 133 (653): 1773–809.

Einio, E., J. Feng, and X. Jaravel. 2023. “Social Push and the Direction of Innovation.” VATT Working Paper 160, VATT Institute for Economic Re-search, Helsinki.