El dinámico campo de investigación en el mundo en desarrollo brinda valiosos conocimientos globales pese a la escasez de recursos
Hace demasiado tiempo que las instituciones occidentales vienen delineando los estudios empíricos y las recomendaciones en materia de políticas. Los autores afincados en las economías en desarrollo casi no dejan rastro en las revistas de economía más prestigiosas. Solo firman el 7% de los artículos publicados en las 10 revistas más importantes de la profesión, como Ernest Aigner, Jacob Greenspon y yo mostramos en un estudio de próxima publicación, a pesar de que su peso colectivo en la economía mundial supera el 60% (medido en términos de proporción del PIB mundial según la paridad del poder adquisitivo). La representación de mujeres economistas es aún más baja en todos los frentes.
Incluso si un estudio llega a publicarse, sigue siendo muy complicado que salga a la luz. Una cosa es promover la investigación en los círculos académicos; otra muy distinta, acercarla a un público más amplio. Para convertir las conclusiones de un estudio en políticas tangibles se requiere un trabajo sostenido con las autoridades económicas y el público en general, un arduo proceso que rivaliza con el tiempo y los recursos limitados de los investigadores. Esto da lugar a un equilibrio difícil de sostener: a pesar de que se somete a los investigadores a presiones para que produzcan nuevos trabajos, por lo general, no se destinan fondos suficientes a la tarea crucial de velar por que los estudios disponibles influyan en las políticas, ni se la valora como corresponde.
Relevancia mundial
Los estudios empíricos realizados en economías en desarrollo no son solo de interés local, sino que contienen reflexiones fundamentales sobre los desafíos mundiales. Desde la adaptación al cambio climático hasta la resolución de conflictos, los problemas urgentes a nivel mundial se manifiestan primero con intensidad en las regiones en desarrollo.
Por ejemplo, la premisa común es que la banca formal constituye la mejor vía para alcanzar la inclusión financiera. No obstante, los estudios empíricos realizados en economías en desarrollo han revelado que los grupos de ahorro informal y el dinero móvil en ocasiones atienden mejor las necesidades a nivel local. Asimismo, aunque muchas políticas educativas se centran en construir nuevas escuelas, los estudios locales han demostrado que, en determinadas circunstancias, suministrar bicicletas o mejorar el acceso a baños por cuestiones de higiene femenina resulta más eficaz para aumentar la asistencia a la escuela.
Estos conocimientos específicos del contexto son esenciales para la eficacia de las políticas. Si estas se elaboran teniendo en cuenta los datos obtenidos sobre el terreno, es más probable que funcionen. Además, los investigadores locales tienen acceso tanto a las comunidades como al contexto, lo que les permite adquirir conocimientos más profundos y precisos.
Más allá de mejorar el diseño de las políticas, los estudios empíricos en economías en desarrollo pueden promover las teorías económicas. Nos permiten comprobar la universalidad de los principios económicos y poner al descubierto nuevos mecanismos que quizá pasan inadvertidos en las economías desarrolladas. La diversificación de pruebas y perspectivas refuerza el campo de la economía en su conjunto, dotándolo de mayor solidez y relevancia mundial.
Mujeres economistas
Las mujeres economistas representan a las mujeres del mundo entero —casi la mitad de la población mundial— y tienden a abordar temas e ideas tradicionalmente poco estudiados. En su labor como economistas, enfrentan obstáculos adicionales y deben sortear tanto limitaciones institucionales como desafíos de género.
Desde el acceso limitado a la educación superior y los mercados laborales hasta la conciliación familiar y laboral, deben superar una serie de obstáculos importantes para llevar a cabo estudios convincentes, oportunos y competitivos, cubriendo temas que afectan directamente la vida de las mujeres y permiten mejorar su nivel de vida. Muchas economistas son activistas y defensoras de los derechos de la mujer, y utilizan el razonamiento económico para luchar por un mundo más justo, una causa que sigue siendo de vital importancia.
La Iniciativa Mujeres en Liderazgo en Economía de la Asociación Internacional de Economía (IEA-WE) tiene por objeto dar mayor voz a las mujeres economistas y ayudarlas a superar algunas de las barreras que afrontan. Desde su creación en 2023, el proyecto ha respaldado la investigación y ha facilitado la publicación de artículos sobre una amplia gama de temas e ideas que suelen pasarse por alto.
Desde el impacto social de la deuda soberana en las personas mayores hasta los efectos del calor extremo en la morosidad de las empresas, estos artículos cristalizan la importante labor que las mujeres economistas están realizando en sus respectivos países y fomentan una narrativa económica mundial más inclusiva. Al sacar a la luz estos estudios, la IEA-WE pretende animar a un mayor número de jóvenes mujeres a dedicarse a la economía y a las políticas públicas.
Nos complace asociarnos con F&D para compartir con ustedes las charlas con cuatro destacadas economistas: Ipek Ilkkaracan, Rose Ngugi, Marcela Eslava y Rumana Huque. Su labor está transformando el discurso económico en sus respectivas regiones. Gracias a sus investigaciones, percepciones y experiencias vividas, estas excepcionales académicas comparten perspectivas valiosísimas que nos permiten comprender mejor los desafíos económicos mundiales y la forma de solucionarlos.
Las opiniones expresadas en los artículos y otros materiales pertenecen a los autores; no reflejan necesariamente la política del FMI.