Descargar PDF


Máximo Torero Cullen, de la FAO, analiza cómo las dificultades mundiales en el suministro de alimentos podrían provocar una auténtica catástrofe

Debido a los altos precios del gas natural la subida de los precios de los alimentos podría ser una cuestión de vida o muerte para millones de personas en el mundo entero. Entidades como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) están vigilando de cerca los efectos de las alzas de precios en la seguridad alimentaria mundial.

En una entrevista con Bruce Edwards de F&D, Máximo Torero Cullen, Economista Jefe de la FAO, explica que la escasez de trigo y fertilizantes ha elevado los precios e incrementado en más de USD 25.000 millones los gastos de importación de alimentos en los países más vulnerables, lo cual pone a 1.700 millones de personas en riesgo de padecer hambre.

F&D: La guerra en Ucrania sin duda está afectando el suministro de alimentos en ciertas partes del mundo. ¿Qué otros factores inciden?

MTC: Los conflictos son la causa principal de los problemas de los precios de los alimentos que estamos viviendo; la mayoría de los países que atraviesan crisis alimentarias sufren un conflicto interno. La segunda causa son las desaceleraciones económicas; la COVID‑19 es uno de los principales motivos de los graves problemas a los que se enfrentan los países pobres. Y la tercera es, desde luego, el cambio climático.

La guerra en Ucrania ha exacerbado el problema, porque ha detenido las exportaciones de dos importantes proveedores de granos: Ucrania y Rusia. Alrededor de 50 países reciben de estos dos exportadores por lo menos un 30% de sus importaciones de cereales y en unos 20 de estos países el porcentaje es más de 50%.

Otro factor es que Rusia es el primer exportador mundial de fertilizantes de nitrógeno, el segundo de potasio y el tercero de fósforo. Cuando suspendió las exportaciones de fertilizantes, los precios —que ya eran altos antes de la guerra— subieron, creando un grave problema para los agricultores.

Es decir, el impacto en los países importadores de alimentos es doble: un gasto mayor en importaciones de alimentos y fertilizantes más caros. Esta es nuestra mayor preocupación hoy en día. Como el costo de los fertilizantes en algunos casos se ha cuadriplicado, muchos agricultores prescinden de ellos, y eso afectará las cosechas este año y el próximo.

F&D: ¿Cuál es el impacto en las economías vulnerables?

MTC: En el caso de África, los principales importadores netos de alimentos son los países del norte del continente; más de 50% de sus importaciones de trigo provienen de Rusia y Ucrania. África subsahariana es diferente, porque el trigo no es uno de los alimentos básicos. Ahí tienen yuca y arroz. Pero el maíz y el trigo se usan como productos básicos.

En los 62 países más vulnerables del mundo, estamos hablando de un aumento de aproximadamente USD 25.400 millones en el gasto de importaciones de alimentos en comparación con el año pasado. Y esto está afectando a 1.700 millones de personas.

F&D: ¿Qué es lo que más le preocupa si la guerra en Ucrania continúa?

MTC: Si la guerra se prolonga, en 2022 y 2023 podríamos tener un problema de acceso a los alimentos sumado a un problema de disponibilidad de alimentos, ya que Rusia y Ucrania reducirían considerablemente sus exportaciones, incluidos los fertilizantes. Es una situación que hay que evitar. En las condiciones actuales, estimamos que las exportaciones de trigo y maíz de Ucrania podrían reducirse alrededor de 40%, y algo similar ocurriría en Rusia.

También estamos viendo que el aumento de los costos de los fertilizantes está incidiendo en la producción de arroz del próximo año, y los precios están empezando a subir. A su vez, una mala temporada de monzones posiblemente esté afectando la cosecha de arroz en India. Estos hechos implican riesgos porque el arroz es un alimento básico en todo el mundo, incluso en África subsahariana.

Si yo pudiera decidir qué países deberían tener acceso a fertilizantes, los principales exportadores de arroz serían la prioridad, porque suministrarán el arroz que se necesita para reducir a un mínimo los problemas de acceso a alimentos en el próximo año.

F&D: Según sus investigaciones, un 72% del aumento de la inseguridad alimentaria desde 2016 es atribuible a los conflictos. ¿Cómo cerciorarse de que los países en conflicto tengan acceso a alimentos?

MTC: Los países en conflicto son los más vulnerables porque son importadores netos de alimentos, además de que tienen problemas de balanza de pagos. Hemos propuesto un fondo de financiamiento de las importaciones de alimentos, que esperamos que el FMI ponga en funcionamiento. ¿Por qué reviste esto tanta importancia? Porque es un problema que afecta a 1.700 millones de personas.

Lo que estamos observando en estos países en conflicto es que, en primer lugar, no están importando lo que necesitan. En segundo lugar, algunos están importando alimentos de bajo contenido calórico, lo cual podría crear graves problemas. En tercer lugar, no tienen acceso a financiamiento porque ya están excesivamente endeudados. Me refiero a Afganistán, Burkina Faso, Burundi, Eritrea, Etiopía, Gambia, Guinea, Liberia, Malí, Mozambique, Níger, la República Centroafricana, la República Popular Democrática de Corea, Rwanda, Sierra Leona, Siria, Somalia, Sudán, Sudán del Sur, Togo y Yemen.

Creemos que un fondo de financiamiento de las importaciones de alimentos podría ayudar a respaldar a estos países de forma inmediata al suplementar su balanza de pagos, de modo que puedan importar lo que necesitan este año y reducir al mínimo el riesgo de tensiones sociales, que podrían agravar aún más la situación. El costo de la brecha de importación, que es de USD 24.600 millones, puede reembolsarse más adelante.

F&D: ¿Qué están haciendo los países que pueda estar empeorando esta situación?

MTC: Como las materias primas están concentradas en los países exportadores clave, las restricciones a las exportaciones pueden ser muy perjudiciales. Más de 20 países han restringido las exportaciones hacia fines de julio, y un 17% de las calorías están sujetas a restricciones de comercio. Este nivel de restricciones a las exportaciones ha durado más que en 2007–08, cuando un 16% de las calorías estaba sometido a restricciones.

Si se produce escasez de arroz, muchos países empezarán a imponer restricciones a las exportaciones, y esto no hará más que agravar la situación.

F&D: Las regiones que atraviesan crisis alimentarias dependen mucho de la agricultura de secano, ¿cómo se podría ayudar a los productores a encontrar otros medios para incrementar la producción agrícola?

MTC: El cambio climático tiene dos posibles repercusiones. Una es las situaciones extremas, como sequías o inundaciones, y la otra es la variabilidad. Lo que se puede hacer con los agricultores es mejorar su resiliencia. Una forma de hacerlo es con seguros. En los países desarrollados, los seguros agrícolas están muy subsidiados. Los países pobres, en cambio, carecen de recursos para ofrecer ese nivel de subsidios o de información adecuada a las compañías de seguros para que puedan calcular las pérdidas adecuadamente.

Necesitamos mecanismos innovadores para ayudar a las aseguradoras a reducir los costos. Por ejemplo, México empezó a adoptar los seguros basados en índices climáticos, al comienzo con un fuerte subsidio. Ahora las empresas compiten, y el subsidio se ha reducido a un mínimo. Además, los conocimientos científicos —por ejemplo, saber cuáles son las semillas más resistentes a las condiciones meteorológicas— ayudarán a los agricultores a determinar lo que deben plantar para evitar perder cosechas.

F&D: ¿Cómo evitar que la actual crisis se convierta en una auténtica catástrofe humana a escala mundial?

MTC: Yo no diría que en este momento nos encontramos en una crisis alimentaria. Me parece que estamos ante un problema muy grave de acceso a los alimentos. Si las cosas empeoran, y seguimos teniendo un problema de acceso y disponibilidad de alimentos, entonces sí que estaremos en una muy mala situación.

Desde luego, recomendamos seguir apoyando la respuesta humanitaria. Pero a eso se le debe sumar el suministro de insumos y efectivo para mantener los sistemas críticos de producción y respaldar las cadenas de suministro de países que atraviesan profundas emergencias, como Ucrania.

Para el sistema en general, primero es urgente ayudar a los países a cubrir la brecha del gasto en importaciones de alimentos. Después hay que acelerar el proceso para lograr mejoras de eficiencia. Tenemos que mantener el comercio abierto; el actual nivel de restricciones a las exportaciones implica muchos riesgos. Hay que mejorar la transparencia de la información, y es ahí donde puede aportar nuestro Sistema de Información del Mercado Agrícola. Después tenemos que hacer un uso más eficiente de los fertilizantes.

Y también tenemos que determinar cuáles son los nuevos focos de inseguridad alimentaria a fin de reorientar los programas sociales para que sean más eficaces y eficientes.

Esta entrevista ha sido editada para efectos de brevedad y claridad.

BRUCE EDWARDS integra el equipo de Finanzas y Desarrollo.

Las opiniones expresadas en los artículos y otros materiales pertenecen a los autores; no reflejan necesariamente la política del FMI.