Discurso del Presidente de las Juntas de Gobernadores Excmo. Sr. Ahmed Munawar Gobernador de la Autoridad Monetaria de Maldivas

25 de octubre de 2024

As-alam-alaikum y muy buenos días.

Es un gran honor darles la bienvenida a la sesión plenaria de 2024 de las Juntas de Gobernadores del Fondo Monetario Internacional y el Grupo Banco Mundial.

Una cálida bienvenida a la Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, y al Presidente del Grupo Banco Mundial, Ajay Banga. Enhorabuena, Sra. Georgieva, por el inicio de su segundo mandato como Directora Gerente.

Este año es especial. Celebramos los 80 años de las instituciones de Bretton Woods, un importante hito en la historia de la gobernanza de la economía mundial. Quisiera reflexionar sobre las palabras del presidente de las primeras Reuniones Anuales de las Juntas de Gobernadores, el Secretario del Tesoro de Estados Unidos, John W. Snyder: "Al adherirse al FMI y al Banco Mundial, nuestros respectivos Gobiernos no solo han invertido grandes cantidades de dinero, sino que, en gran medida, también han apostado sus destinos económicos al éxito de estas instituciones. No debemos fallar a nuestros Gobiernos ni, sobre todo, a las personas cargadas de esperanza a las que representamos".

Estas palabras son tan válidas hoy en día como lo fueran hace 80 años. A lo largo de ocho décadas, el FMI y el Banco Mundial no han dejado de ser faros de esperanza, encargados de gestionar crisis mundiales que van desde guerras hasta pandemias. Incluso en los tiempos difíciles, encontramos resiliencia. Que un Estado pequeño como el mío sea el que preside la Junta de Gobernadores en esta histórica reunión es testimonio de la inclusividad de estas instituciones.

Pese a las condiciones financieras más restrictivas y las crecientes tensiones geopolíticas, la economía mundial está mostrando una notable fortaleza. Un aterrizaje suave está al alcance de las manos. La inflación se está moderando. Pero no podemos darnos por satisfechos. La incertidumbre sigue siendo elevada. Los conflictos y las conmociones que se están viviendo en muchas partes del mundo ensombrecen nuestro progreso y, si se agravan, tendrían un impacto mucho mayor en las economías vulnerables, en particular al encarecer las materias primas.

Es cierto que sigue habiendo retos significativos, y quisiera destacar tres de ellos.

En primer lugar, el cambio climático. Países pequeños como Maldivas están en la primera línea del cambio climático. Un objetivo de Maldivas es lograr que de aquí a 2028 un 33% de su electricidad provenga de fuentes renovables. Esta transición incrementará la resiliencia climática y arrojará importantes ahorros fiscales y de divisas. Para alcanzar este objetivo, se necesitan alrededor de 1.300 millones de dólares para modernizar la infraestructura energética, de los cuales hasta ahora los donantes han comprometido apenas el 13%. Los pequeños Estados insulares en desarrollo, como Maldivas, hacen un llamamiento a las instituciones financieras internacionales para que proporcionen financiamiento para el clima de forma más accesible y asequible, para fines de adaptación y mitigación en virtud de los principios de una transición energética justa. El Servicio de Resiliencia y Sostenibilidad del FMI y la cifra sin precedentes de 42.600 millones de dólares aportados por el Banco Mundial en el ejercicio 2024 para financiamiento climático son encomiables. Pero las necesidades son mayores, en especial las de los pequeños Estados insulares en desarrollo vulnerables al clima. Además, tenemos que replantear y ejecutar de forma innovadora estrategias para movilizar inversiones del sector privado.

En segundo lugar, la sostenibilidad de la deuda. Más de dos tercios de las economías de mercados emergentes y en desarrollo están expuestas a un alto riesgo de sobreendeudamiento. La Mesa Redonda Mundial sobre la Deuda Soberana ha promovido la colaboración, pero se precisan más medidas. Los análisis de sostenibilidad de la deuda tienen que considerar más adecuadamente el contexto del país, y el Examen del Marco de Sostenibilidad de la Deuda para Países de Ingreso Bajo debería tener en cuenta las necesidades específicas de los pequeños Estados insulares en desarrollo. El FMI, el Banco Mundial y los bancos multilaterales de desarrollo deben dar pasos firmes para apoyar a los países sobreendeudados. Los bancos multilaterales de desarrollo también pueden crear instrumentos como los canjes de deuda por acción climática, que permitan intercambiar alivio de la deuda por inversiones para la adaptación al cambio climático.

Por último, las reformas estructurales. Tenemos que reforzar las capacidades productivas y de gobierno de las economías de mercados emergentes y en desarrollo. Las instituciones de Bretton Woods deben concentrar más su atención en la creación de empleo, la igualdad de oportunidades, la diversificación económica y el impacto de los flujos de refugiados. Del mismo modo, las reformas estructurales tienen que ser aceptables desde el punto de vista social, y han de garantizar que los beneficios sean ampliamente compartidos.

El año pasado, el FMI y el Banco Mundial emprendieron importantes iniciativas para apoyar a los países miembros. La conclusión de la Decimosexta Revisión General de Cuotas, la vigésima primera reposición de los recursos de la Asociación Internacional de Fomento y los debates sobre cómo reajustar las cuotas y reforzar el financiamiento del Grupo Banco Mundial contribuirán a que estas instituciones sigan contando con recursos adecuados. Al mismo tiempo, no perdamos de vista la importancia de brindar niveles adecuados de acceso y representación a los países que más necesitan el apoyo de los bancos multilaterales de desarrollo, y de garantizar un trato imparcial a todos los países miembros.

El examen del Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza y de la política de cargos y sobretasas del FMI, junto con la vigésima primera reposición de los recursos de la Asociación Internacional de Fomento del Banco Mundial, son testimonio del respaldo que se brinda a los países más vulnerables.

Cuando repaso mentalmente las conversaciones que he mantenido durante estas Reuniones Anuales, destaca claramente un tema: la imperiosa necesidad de cooperar de manera multilateral. Amigos míos, las actuaciones mancomunadas son el antídoto contra un mundo cada vez más fragmentado. El 80.º aniversario de las Instituciones de Bretton Woods es un buen momento para reflexionar sobre nuestros logros y para elaborar planes para construir juntos un futuro mejor. Quisiera dar una calurosa bienvenida a Liechtenstein, que a principios de esta semana se convirtió en el 191.º país miembro del FMI, lo que subraya aún más la importancia del multilateralismo. Me complace la incorporación del vigésimo quinto Director Ejecutivo en representación del grupo de países de África subsahariana, y exhorto a mis colegas gobernadores a abogar por la diversidad de género y la igualdad.

Al trazar su planes para el futuro, las instituciones de Bretton Woods deben adaptar sus recomendaciones y actividades a las necesidades y capacidades específicas de cada país. Si no lo hacemos, estaremos defraudando a quienes representamos, como sabiamente nos lo recordara el primer presidente de las Reuniones Anuales, John Snyder, hace 80 años. Para terminar, recordemos nuestro compromiso inquebrantable con la estabilidad macroeconómica, la prosperidad y la cooperación.

Gracias.

Departamento de Comunicaciones del FMI
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