La finalidad del FMI: Trabajar al servicio de la gente
18 de octubre de 2019
1. Introducción
Señor Presidente, Gobernadores, distinguidos invitados:
Es un gran honor para mí estar aquí ante ustedes por primera vez como Directora Gerente del FMI, y aún más en presencia de James Wolfensohn, quien convirtió la lucha contra la pobreza en un elemento central del Banco Mundial.
Tengo la gran suerte de tomar el relevo de una mujer excepcional, cuya visión y dedicación han contribuido a que el FMI sea ahora más sólido, más innovador y más relevante.
¡Muchas gracias, Christine! También quisiera expresar mi más sincero agradecimiento a David Lipton, quien con tanta eficacia lideró el FMI durante este período de transición.
Estoy encantada de compartir esta tribuna con Aiyaz Sayed-Khaiyum, el Presidente de la Junta de Gobernadores, y David Malpass, el Presidente del Grupo Banco Mundial. Es un privilegio para mí trabajar con ustedes al servicio de nuestros países miembros.
Desearía comenzar citando a John Maynard Keynes, uno de nuestros padres fundadores, quien dijo una vez:
“ La economía es esencialmente una ciencia moral y no una ciencia natural. Es decir, emplea la introspección y los juicios de valor ”.
Estas palabras nos hablan de la finalidad del FMI y su personal.
En toda su labor metódica, los funcionarios del FMI se guían por el compromiso de mejorar la vida de las personas. No solo emplean juicios de valor; tratan de añadir valor real.
En todo lo que hacemos, procuramos establecer una clara conexión entre nuestra labor y los beneficios que esta aporta a las economías y a los ciudadanos de nuestros países miembros.
Vi esto de primera mano cuando el FMI respaldó a mi propio país, Bulgaria, en su transformación económica: desde la crisis hasta la recuperación, hasta más empleo y mejores niveles de vida.
He visto una y otra vez cómo se beneficia la gente corriente cuando las transiciones están bien gestionadas, cuando el FMI desempeña su papel esencial de promover sólidas políticas para impulsar un crecimiento inclusivo y sostenible.
Y soy consciente de la responsabilidad que acompaña a mi cargo, especialmente en un momento en el que asistimos a un cambio cada vez más acelerado en la tecnología, el clima y la naturaleza del trabajo, por nombrar solo algunos ejemplos.
Este cambio crea nuevas y enormes oportunidades pero también riesgos que todos debemos sortear.
En este entorno, creo que el FMI es como una importante “ línea de transmisión” de conocimientos, recursos financieros, buenas políticas y fortalecimiento de las capacidades. Una enorme cantidad de experiencias e instrumentos que ayudan a los países a aprovechar los beneficios del cambio y a reducir el riesgo de quedarse rezagados.
2. Perspectivas mundiales
Siempre es importante ser capaz de transmitir las señales adecuadas, pero aún lo es más cuando la economía mundial enfrenta vientos en contra. De hecho, tras un repunte sincronizado, nos enfrentamos ahora a una desaceleración sincronizada.
Una desaceleración en casi el 90% del mundo [i] significa que se prevé que este año el crecimiento alcance tan solo 3% [ii], la tasa más baja desde comienzos de la década.
Sí, la economía mundial sigue creciendo, pero con demasiada lentitud.
Esto se debe en parte a que las tensiones comerciales ahora afectan a la confianza de las empresas y a la inversión. A esta mayor incertidumbre se suman otras cuestiones que van desde el brexit hasta las tensiones geopolíticas, y un freno adicional proveniente de las presiones demográficas y los altos niveles de deuda sin precedentes.
Todo esto podría implicar unas perspectivas preocupantes a mediano plazo, especialmente en los países que ya enfrentan dificultades, como algunos de los países que están aplicando programas respaldados por el FMI.
Estimamos que 45 países en desarrollo, donde viven casi 1.000 millones de personas, crecerán más lentamente, en términos per cápita, que las economías avanzadas [iii]. En lugar de ponerse a la par, se prevé que esos países se queden aún más rezagados.
Para hacer frente a este desafío, debemos intensificar la cooperación dentro y fuera de las fronteras.
¿Qué significa esto?
Significa que los países deben colaborar para encontrar una solución duradera en el ámbito del comercio y evitar que las tensiones se extiendan a otros ámbitos críticos, como las monedas y la tecnología.
Es necesario pasar de la tregua comercial a la paz comercial.
El reciente anuncio de Estados Unidos y China es un paso en la dirección correcta. El objetivo debería ser establecer un mejor sistema de comercio: que sea más justo, más innovador y más inclusivo.
También significa crear consenso a nivel interno para asegurar que se adopte un enfoque más equilibrado que respalde el crecimiento.
La desaceleración del crecimiento requiere que la política monetaria siga brindando apoyo. Pero todos reconocemos que por sí sola no basta. En los casos en que exista margen de maniobra, la política fiscal debe desempeñar un papel más activo.
Sobre todo, los países deben estar comprometidos con las reformas estructurales que puedan estimular la productividad y la resiliencia.
Me refiero a reducir las barreras de entrada a los sectores de servicios, abordar la discriminación por motivos de género en el mercado de trabajo y modernizar los marcos jurídicos para reducir los trámites burocráticos y luchar contra la corrupción.
Las reformas estructurales nunca son fáciles de aplicar. En ocasiones, suponen enfrentarse a intereses creados arraigados. Y requieren prestar cuidadosa atención a los efectos en los grupos vulnerables.
Pero son cruciales para evitar que nos estanquemos en un crecimiento mediocre, y para promover la productividad, la creación de empleo y niveles de vida más elevados.
¿De qué forma puede el FMI apoyar mejor a los países en esta labor?
3. Fortalecer la conexión entre las políticas y las personas
Fortaleciendo aún más la conexión entre las políticas y la vida de las personas. Logrando resultados para ustedes.
En mi opinión, las prioridades son tres:
a) Fundamentos económicos
Una prioridad es centrarse en los fundamentos económicos. Para el personal del FMI, este es siempre el punto de partida. Reconociendo siempre que las políticas económicas sólidas no son un fin en sí mismas, sino más bien un medio para construir sociedades más prósperas.
Personalmente he sido testigo de la fuerza de las buenas políticas y los efectos de las malas políticas. Durante la crisis monetaria de Bulgaria en los años noventa, mi madre perdió el 98% de sus ahorros de toda una vida por la hiperinflación.
Eso es algo que siempre recuerdo cuando analizo un programa de reforma económica.
Un buen ejemplo es Jamaica, que aplicó dos programas respaldados por el FMI que han dado resultados tangibles: una reducción de la deuda pública del 50% del PIB, un nivel de desempleo históricamente bajo y estabilidad de la inflación. Y quisiera felicitar al Gobierno de Jamaica por ser muy creativo y hacer partícipe a la sociedad, utilizando la música reggae para comunicar los beneficios de una inflación baja.
Este énfasis en los resultados ha impulsado los avances en la puesta en práctica del enfoque del FMI: mejorar el diseño de nuestros programas de crédito, entre otras formas, ampliando el apoyo financiero a los países de bajo ingreso con un interés igual a cero; mejorar nuestra supervisión para realzar su eficacia, e integrar en mayor medida nuestra labor de capacitación en nuestras actividades de supervisión y concesión de préstamos.
Teniendo en cuenta las precarias perspectivas, debemos ir más lejos.
Esto significa centrarse en mayor medida en los países que se verán más afectados por una desaceleración: los Estados frágiles, por ejemplo, y utilizar nuestras herramientas de manera aún más eficaz, incluidos los instrumentos precautorios.
Ante todo, significa lograr que nuestras actividades se ajusten aún más a las circunstancias de cada país. De esta forma, podemos proporcionar a los países un servicio aun mejor.
b) Crecimiento inclusivo
La segunda prioridad es centrarse en lo que más importa a la gente en su vida diaria.
Mejores empleos con salarios más altos, mayor acceso al financiamiento y más oportunidades para las mujeres y los jóvenes, ámbitos en los cuales necesitamos reformas más potentes y más inversión pública y privada.
Esto ayudará a los países a lograr que sus economías sean más competitivas y más inclusivas. El objetivo es liberar plenamente todo el potencial que ofrece el capital humano en todos los países.
En otras palabras, si quiere ser rico mañana, invierta en la población de su país hoy.
Por lo tanto, es apropiado que el FMI haya aumentado significativamente su participación en cuestiones relacionadas con el gasto social.
En Ghana, ayudando a crear espacio fiscal para incrementar el gasto en educación. En Georgia, respaldando iniciativas para aumentar la pensión mínima pública. En Egipto, ayudando a ampliar un programa de transferencias monetarias a los hogares más pobres [iv].
Y en muchos países, ayudando a aumentar los ingresos públicos, algo esencial para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Mantendremos este ritmo de avance y seguiremos potenciando la fortalezas del FMI. La dimensión universal de nuestra institución nos brinda una perspectiva internacional única, y una perspectiva a lo largo del tiempo también única: 75 años de experiencia, que estamos conmemorando este año.
La historia también nos enseña que nuestro éxito depende de asociaciones sólidas, por ejemplo, con otros organismos internacionales como el Banco Mundial.
Piensen en lo que nuestros esfuerzos conjuntos ya han logrado, en ámbitos que van desde el alivio de la deuda en los países de bajo ingreso, hasta las evaluaciones de la estabilidad financiera en una amplia gama de países, o la participación efectiva en las tecnofinanzas y sus implicaciones para todos los países.
Me comprometo a trabajar con David Malpass para fortalecer aún más nuestra colaboración en ámbitos macrocríticos clave, así como sobre el terreno en los países que están aplicando un programa respaldado por el FMI.
c) Revitalizar la cooperación internacional
Esto me lleva a la tercera prioridad: revitalizar la cooperación internacional.
Siempre he admirado el compromiso del FMI de tender puentes entre las naciones. Aunque ahora algunos países se muestran más renuentes a traspasar fronteras, la economía mundial está cada vez más interconectada.
Muchas cuestiones solo pueden abordarse eficazmente trabajando juntos. Las iniciativas a favor del clima son una de ellas. En este ámbito, es muy alentador para mí ver la labor que lleva a cabo el FMI en materia de mitigación y adaptación, especialmente en relación con la fijación de precios del carbono y el fortalecimiento de la resiliencia.
Las iniciativas a favor del comercio también requieren más cooperación internacional, no menos.
Lo mismo ocurre con la tributación empresarial, la regulación financiera y la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.
En este momento de mayor incertidumbre, también necesitamos una sólida red mundial de protección financiera, cuya estructura gire en torno a un FMI con una dotación adecuada de recursos.
Salvaguardar la solidez financiera del FMI es una prioridad máxima, unida a la de redoblar esfuerzos para asegurar que la estructura de gobierno del FMI refleje cada vez más su composición dinámica.
En relación con este punto crítico, tengo el agrado de informarles de que, esta mañana, el CMFI respaldó un conjunto de medidas para asegurar que el FMI siga contando con suficientes recursos para proporcionar plena confianza de que puede apoyar adecuadamente a los países miembros, y que las reformas del régimen de cuotas y la estructura de gobierno continúen en el marco de la Decimosexta Revisión General.
Un FMI con una dotación de recursos y una representación adecuadas será aún más eficaz para atender las necesidades de los países.
Ser más eficaz también significa seguir aprendiendo de la
experiencia y —al mismo tiempo— seguir modernizando el
FMI: racionalizando nuestros sistemas, aprovechando las nuevas tecnologías
e incrementando aún más la diversidad de nuestro personal:
el mayor activo del FMI. Su mayor activo.
Quisiera hacerles llegar mi profundo agradecimiento por sus incansables esfuerzos en favor de ustedes.
También quisiera expresar mi agradecimiento al equipo gerencial y a nuestros directores ejecutivos. Muchas gracias por la confianza que han depositado en mí.
4. Conclusión
Estar al servicio de nuestros 189 países miembros —grandes y pequeños, ricos y pobres— es el honor más importante de mi vida.
Yo que crecí detrás de la Cortina de Hierro, nunca pensé que un día dirigiría el FMI. De esa experiencia se extrae una lección sencilla:
Nada es imposible. El cambio es imparable. Podemos construir un mundo mejor.
Muchas gracias.
[i] Medido según el PIB real (en tasas basadas en la paridad de poder adquisitivo).
[ii] Informe del FMI: Perspectivas de la economía mundial de octubre de 2019.
[iii] ibid.
[iv] IMF Policy Paper (2019): A Strategy for IMF Engagement on Social Spending.
Departamento de Comunicaciones del FMI
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