Paraguay: Declaración al término de la misión sobre la Consulta del Artículo IV de 2019
6 de marzo de 2019
Las autoridades han otorgado su consentimiento a la publicación de esta declaración. Las opiniones expresadas en esta declaración son las del personal técnico del FMI y no representan necesariamente las del Directorio Ejecutivo. Sobre la base de las conclusiones preliminares de esta misión, el personal técnico elaborará un informe que, una vez aprobado por la Gerencia, será presentado al Directorio Ejecutivo del FMI para debate y decisión.
Declaración de conclusión
Paraguay creció rápidamente en la última década y media, lo que contribuyó a un notable descenso de la pobreza. Las políticas macroeconómicas prudentes, con baja inflación y un bajo déficit del gobierno, tuvieron papeles importantes. Las vulnerabilidades bajaron, con una reducción significativa de la deuda, tanto externa como interna. El desafió clave en adelante será sostener este crecimiento rápido debido a que los factores impulsores del pasado – estos incluyen el auge de los precios de los productos básicos agrícolas – quizás proporcionen menos sustento en adelante. Mejorar el clima de negocios y la gobernanza será clave para continuar la convergencia a niveles de vida más altos.
Perspectiva del cercano plazo
El PIB creció alrededor del 3¾ por ciento en el 2018, propulsado por una demanda interna fuerte impulsada por un repunte en el crecimiento del crédito, al mismo tiempo que la contribución de las exportaciones netas fue negativa. El crecimiento fue desigual, sin embargo. Una primera mitad del año fuerte fue seguida por un segundo semestre más débil, a medida que el Paraguay sentía las repercusiones de la turbulencia financiera regional. La crisis en Argentina llevó a una mayor aversión al riesgo hacia la región, lo cual contribuyó a una depreciación del guaraní contra el dólar, aunque menos que la depreciación experimentada por los países vecinos. Como resultado, el guaraní se apreció fuertemente con relación al peso argentino y el real de Brasil. El impacto se sintió en un descenso brusco del turismo y el comercio transfronterizo. Los shocks relacionados al clima en la agricultura también contribuyeron a la desaceleración del crecimiento.
Para el 2019, se espera que el crecimiento alcance el 3½ por ciento. El crecimiento está siendo afectado por una sequía que tuvo lugar en el comienzo de la campaña agrícola, lo cual reducirá la cosecha de la soja. Esto será compensado parcialmente por un repunte en el turismo y el comercio transfronterizo que se beneficiará de la corrección al shock del tipo de cambio real ocurrido en el 2018.
Los riesgos al crecimiento están en líneas generales equilibrados. Los desarrollos en los países vecinos serán clave; los precios de los productos básicos agrícolas son otro factor de riesgo. La fortaleza de la demanda interna es también incierta y dependerá de la recuperación de las inversiones del gobierno ahora que la transición a un nuevo gobierno ha concluido.
La continuidad del compromiso con la Ley de Responsabilidad Fiscal por parte del nuevo gobierno es bien acogida. La política fiscal del 2019 será neutral, con poco cambio en el déficit visto en 2018. Los ingresos no tributarios en el presupuesto se perfilan, así como en años previos, excesivamente optimistas y alcanzar el objetivo obligará contener el gasto, como se hizo en el pasado.
La tasa de la política monetaria estuvo en compás de espera en el 2018 y tanto el crecimiento como los niveles del producto interno bruto se encuentran en general en línea con el potencial. La inflación bajó a 3,2 por ciento hacia finales del año como resultado de la caída de los precios del petróleo y la reducción de los precios de las importaciones de los países vecinos. En febrero del 2019, el BCP bajó la tasa de la política monetaria del 5¼ al 5 por ciento, citando incertidumbre en cuanto al entorno externo y una debilitación incipiente de la demanda interna.
La posición de la política monetaria actual se presenta apropiada. La inflación interanual debería volver al 4 por ciento para finales del año (el medio de la banda meta del banco central) a medida que la apreciación del tipo de cambio real del año pasado se revierta.
La flexibilidad del tipo de cambio debería ayudar absorber los shocks. Las intervenciones en el tipo de cambio deberían continuar únicamente con el fin de evitar condiciones de mercado desordenadas y para la mitigación de excesiva volatilidad.
Desafíos de crecimiento de más largo plazo
Paraguay creció rápidamente, con un PIB real que crece en un promedio de 4½ por ciento anual en la última década y media, muy por encima del promedio de América Latina. Esto ha contribuido a una drástica reducción de la tasa de pobreza, de 58 por ciento en 2002 a 26 por ciento actualmente, aunque sigue siendo alta según los estándares regionales.
El rápido crecimiento fue en parte resultado de la recuperación de la crisis a fines de los años noventa y políticas macroeconómicas prudentes. La inflación y la volatilidad del tipo de cambio se redujeron cuando el Banco Central migró al régimen de metas de inflación, mientras que la política fiscal prudente redujo la deuda pública del 52 por ciento en 2002 a alrededor de 20 por ciento actualmente. La política fiscal se mantuvo conservadora durante el auge de los precios de los productos básicos. Como resultado de esto, Paraguay no atravesó el ciclo de auge y caída que experimentaron sus países vecinos.
El auge mundial de los precios de los productos básicos, que condujo a una fuerte expansión de las exportaciones agrícolas, también desempeñó un papel importante. En términos de dólares, las exportaciones agrícolas son ahora 5 veces más altas que en 2003. Las áreas de siembra para los cultivos principales son 2½ veces lo que eran quince años atrás. El aumento de los precios de los productos básicos se extendió al sector no transable a través de la apreciación del tipo de cambio real lo que aumentó los ingresos. El rápido crecimiento de los ingresos condujo a un aumento de la demanda interna.
En cierto modo, la economía se ve muy diferente de lo que era quince años atrás. La proporción de electricidad y agua disminuyó en dos tercios, a 8 por ciento del PIB. La participación de servicios es ahora de casi el 50 por PIB . Las exportaciones se diversificaron y las vulnerabilidades externas disminuyeron, la deuda externa total del sector público y privado bajó de casi 200 por ciento del PIB en 2002 a 40 por ciento en la actualidad.
La cuestión fundamental para el futuro es encontrar la manera de mantener el rápido crecimiento de los ingresos reales. La economía de Paraguay sigue dependiendo en gran medida del sector agrícola. Pero los precios agrícolas ya no están en los niveles altos de antes y pueden disminuir aún más a medida que la demanda mundial se desacelera. Además, las tierras agrícolas no pueden seguir expandiéndose al mismo ritmo que en el pasado.
El crecimiento futuro deberá provenir cada vez más del sector de exportación no agrícola/no eléctrico, que está creciendo rápidamente, aunque aún es pequeño. Para esto, se necesita una mayor inversión del sector privado, incluso desde el extranjero.
Mejorar el clima de negocios y la gobernanza
Los bajos impuestos y los bajos precios de la energía de Paraguay son importantes atractivos para los inversionistas nacionales y extranjeros, pero se ven contrarrestados por debilidades en el clima de negocios y la gobernanza.
Un mejor clima de negocios y mejor gobernanza ayudarían a facilitar la diversificación y el crecimiento de la productividad. En comparación con otros países del hemisferio occidental y Europa, Paraguay tiene un puntaje relativamente bajo en indicadores de clima de negocios y gobernanza. La comparación de datos entre países muestra que existe un fuerte vínculo entre el valor de estos indicadores y el PIB per cápita.
Serían particularmente útiles las políticas enfocadas en mejorar la infraestructura de transporte, el Estado de Derecho y la calidad de la educación. La misión estima que las reformas en estas áreas no solo tendrían el mayor impacto en el crecimiento, sino también el mayor apoyo del sector privado.
En este contexto, la misión aprecia las nuevas iniciativas del gobierno a fin de aumentar la facilidad para hacer negocios. Estas incluyen la legislación para simplificar el proceso de registro de pequeñas empresas, una nueva ley de quiebras y la legislación para permitir que las empresas utilicen activos móviles como garantías. El gobierno también está buscando deshacerse de los procedimientos burocráticos obsoletos para las empresas y aumentar la digitalización de los servicios gubernamentales. Para facilitar una mayor competencia en las industrias claves, se reactivó la Comisión Nacional de la Competencia, que tiene la tarea de combatir los monopolios y mejorar la transparencia de las regulaciones de la industria.
Política fiscal
Las políticas fiscales prudentes de los últimos 15 años redujeron el ratio deuda/PIB. Pero el espacio fiscal es limitado, ya que el déficit está cerca del techo de 1,5 por ciento establecido por la Ley de Responsabilidad Fiscal.
Si bien el espacio fiscal es limitado, las necesidades de gasto son grandes. Para crear espacio para la inversión necesaria en algunas de las áreas de reforma identificadas, los ingresos (que son bajos según estándares internacionales) deben incrementarse.
Las actuales tasas generales de los impuestos son bajas, pero las tasas efectivas de los mismos son aún más bajas. La tasa del impuesto a la renta personal es de 10 por ciento, pero este impuesto rinde solo 0,1 por ciento del PIB. Reducir las exenciones y deducciones aumentará las tasas efectivas de los impuestos, incluso si las tasas generales se mantienen sin cambios. La misión espera con interés las propuestas de la comisión tributaria encargada de modernizar y simplificar el sistema tributario.
También debería haber un margen para revisar las prioridades del gasto dentro del envolvente existente. Los niveles de gasto de Paraguay son bajos en comparación con otros países, pero la composición del gasto es asimétrica, ya que una alta proporción del gasto del gobierno está destinada a salarios, mientras que existe la necesidad de aumentar la infraestructura y el gasto social, incluyendo salud y educación. De hecho, el gasto salarial del gobierno de Paraguay como porcentaje del PIB es similar al de otros países de la región, aunque el papel del gobierno es mucho menor. La misión espera con interés las próximas recomendaciones de la comisión de revisión del gasto.
Sector financiero
Los indicadores de solidez financiera muestran que el sector bancario está bien capitalizado, es rentable, y su supervisión basada en riesgo avanza bien. La supervisión de las cooperativas de ahorro y crédito debería continuar siendo fortalecida.
Hay margen para mejorar la supervisión de las casas de crédito y las casas comerciales. Se deberían adoptar estándares de supervisión para este sector de manera rápida.
Sigue siendo importante establecer un supervisor de fondos de pensiones. Actualmente, las cajas administran el dinero confiado por el público bajo unas pocas y muy rígidas reglas, pero sin supervisión. La supervisión mitigaría los riesgos, permitiría a los fondos de pensiones invertir en una gama más amplia de activos y facilitaría el desarrollo de un mercado de capitales nacional.
Restaurar la sostenibilidad de largo plazo del sistema de pensiones es otro desafío que debe abordarse ahora, antes que se disipen los beneficios demográficos. Esto se puede lograr a través de ajustes paramétricos oportunos y suaves de la edad de jubilación, los beneficios y las tasas de contribución.
Implementar todas estas reformas estructurales y continuar con políticas macroeconómicas prudentes permitiría a Paraguay continuar creciendo rápidamente y mejorar el nivel de vida para todos los ciudadanos paraguayos.
Nos gustaría agradecer al gobierno por su cálida hospitalidad.
Departamento de Comunicaciones del FMI
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