Las perspectivas de México en cinco gráficos
29 de noviembre de 2017
La economía mexicana sigue creciendo, sobre todo gracias a las sólidas políticas económicas del país, aun cuando todavía no está clara la suerte del tratado comercial con América del Norte. No obstante, a México le convendría llevar a cabo reformas para apuntalar el crecimiento y hacerlo más inclusivo. Los principales asuntos que hay que abordar son la desigualdad, la corrupción, los obstáculos a la productividad de las empresas y la recaudación de impuestos con el fin de ampliar el margen para la inversión pública.
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Los siguientes cinco gráficos ilustran por qué el FMI recomienda reformas en estos ámbitos.
El FMI ha revisado ligeramente a la baja el pronóstico de crecimiento a corto plazo de la economía mexicana con respecto a las expectativas presentadas en el informe del año pasado. Con cifras de 2,1% para 2017 y 1,9% para 2018, las perspectivas de crecimiento de México son un poco más bajas de lo que se había pronosticado, dada la incertidumbre en torno a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
México debería reforzar la recaudación de impuestos: El país se destaca entre otros similares de América Latina y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) por su baja proporción de impuestos recaudados, que restringe el gasto público. México podría invertir más en infraestructura pública —un rubro desatendido— si mejora la recaudación, cierra las lagunas que permiten la elusión fiscal e imprime mayor eficiencia al gasto.
Persisten la pobreza y la desigualdad. La pobreza aflige a más del 40% de la población de México. La desigualdad, medida por el coeficiente de Gini (un coeficiente igual a 0 representa igualdad perfecta), sigue rondando el 0,5, frente a un promedio de 0,3 en los países de la OCDE.
Fortalecer el estado de Derecho y combatir la corrupción deben ser prioridades para México. La lucha contra la corrupción incrementaría la productividad al promover la inversión en las empresas más productivas y al reducir la búsqueda de ventajas económicas. Por lo tanto, la rápida implementación de todos los componentes de los planes anticorrupción a nivel nacional y estatal es esencial para elevar el crecimiento potencial.
La informalidad es alta, y el acceso a servicios como la electricidad y los productos financieros sigue siendo desigual. Un mayor impulso al Pacto por México (un acuerdo de reforma avalado por los principales partidos políticos de México en 2012) beneficiaría sobre todo a los estados sureños, y ayudaría a mejorar la productividad.