Los efectos de contagio de la transición en China y la migración
27 de septiembre de 2016
- En un nuevo análisis del FMI sobre los efectos de contagio se examinan la transición de China y la migración internacional
- A pesar de los desafíos que presentan, la transición de China y la migración, si se gestionan bien, pueden tener efectos favorables en el largo plazo
- Un aumento de 1 punto porcentual en el número de trabajadores migrantes se traduce en un incremento de 2 puntos porcentuales del PIB en el largo plazo
La transición en curso en China hacia una economía basada en el consumo y los cambios demográficos causados por la migración son dos fenómenos que surgen en economías emergentes y cuyos efectos de contagio influyen en muchas otras economías, tanto emergentes como avanzadas.
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Los economistas del FMI señalan en un nuevo estudio que estos efectos de contagio, si bien en el corto plazo presentan desafíos, en el largo plazo pueden encauzarse para dar un impulso a la economía mundial.
Una transición sin obstáculos en China puede beneficiar a la economía mundial
Así como la rápida expansión de la economía china fomentó en el pasado el crecimiento mundial, la desaceleración en curso y su reorientación hacia un modelo de consumo interno se manifiestan ahora principalmente por medio de tres vías. Primero, a través del comercio: se reduce la demanda en China de maquinaria y materias primas, con un efecto especialmente fuerte en los países proveedores de Asia. Segundo, a través del precio de las materias primas: dada la importante participación del país en el consumo mundial de metales y petróleo, una baja de la demanda puede reducir los precios. Tercero, a través del sector financiero: la reacción del precio de los activos en otros países frente a los acontecimientos en China puede ampliar los efectos de contagio.
Si se gestiona bien, la transición de China a un modelo de crecimiento más bajo pero más sostenible reduciría los riesgos de un ajuste más perturbador en el futuro. En cambio, una transición accidentada o incompleta puede exacerbar los efectos de propagación negativos.
China puede contribuir aceptando esta desaceleración de su economía y dando a conocer claramente sus intenciones en materia de política. Sus socios comerciales deben ajustarse a un nivel de demanda china permanentemente más bajo, y usar los recursos disponibles para modificar sus modelos de crecimiento. También se puede impulsar el comercio mediante la adopción de nuevos acuerdos mundiales y regionales. Por su parte, los exportadores de materias primas deberán usar fondos de reserva, si los tienen, pero también deberán reorientar sus programas económicos para adquirir nuevas fuentes de ingreso. Ciertos países con salarios bajos y abundante mano de obra podrían beneficiarse del ascenso de China en la cadena de valor de la producción, ocupando el lugar que la evolución china dejó vacío. En el ámbito mundial, deberá evitarse el proteccionismo, que en el largo plazo dañaría el comercio.
Es crucial una integración rápida de los migrantes en los países receptores
Según el estudio, en el largo plazo un incremento de 1 punto porcentual de la proporción de migrantes en la población adulta puede aumentar en alrededor de un 2% el PIB per cápita en los países receptores. También se observa que, así como los migrantes altamente calificados contribuyen a las economías receptoras, los trabajadores migrantes menos calificados también pueden ayudar a aumentar el crecimiento de la productividad, por ejemplo, al permitir que las mujeres altamente calificadas locales vuelvan a trabajar o trabajen más horas. El estudio concluye que, en el largo plazo, las economías receptoras pueden beneficiarse tanto con la migración de trabajadores altamente calificados como de trabajadores poco calificados.
Sin embargo, la migración presenta desafíos tanto en los países de origen como en los receptores.
En los países de origen, la salida de los jóvenes y los educados en busca de mejores oportunidades puede tener un efecto negativo en el crecimiento de largo plazo. La pérdida de capital humano tiene como consecuencia una menor productividad, una reducción de las competencias disponibles e ingresos tributarios más bajos. En parte, estas pérdidas pueden mitigarse mediante el uso de remesas y redes sociales de migrantes, aunque tarde o temprano deberá abordarse el problema que desencadenó el movimiento migratorio.
En los países receptores, la inmigración puede provocar tensiones sociales, inquietudes sobre seguridad e incluso reacciones en el ámbito político. No obstante, como lo demuestra el estudio, la migración ofrece también ventajas económicas reflejadas en mayor crecimiento y productividad. Además, los migrantes —sobre todo en edad de trabajar— pueden aliviar en cierta medida los problemas del envejecimiento de la población.
Sin embargo, la integración rápida en el mercado laboral es esencial. A este respecto, el mejoramiento de las políticas del mercado de trabajo, el acceso a la educación y el respaldo a las empresas de migrantes podrían ser muy ventajosos. Estas políticas, si bien tienen un costo elevado en el corto plazo e incrementan las presiones fiscales en el país receptor, permiten a los migrantes obtener y mantener empleos, y contribuyen progresivamente a las cuentas fiscales. Una mejor integración social también puede reducir las tensiones con la población en general.
La integración en el mercado de trabajo es una tarea compleja debido a las barreras del idioma y a la falta de reconocimiento de la experiencia y habilidad laboral de los migrantes, pero en el estudio se observa que estos no tienen un efecto considerable en las condiciones de trabajo de los trabajadores nativos. En el largo plazo, aumentan la productividad laboral, lo que a su vez aumenta el nivel de ingresos para todos.