BoletÃn del FMI : El FMI desempeña una función clara en un mundo interconectado
20 de abril de 2013
- El avance de las economías emergentes y la globalización se consideran tendencias clave
- Las reformas económicas estructurales serán esenciales a largo plazo
- El FMI deben seguir adaptándose a la evolución del entorno mundial
En un mundo en que las economías están cada vez más interconectadas e interdependientes, los organismos internacionales, como el FMI, desempeñan una importante función, según señalaron los panelistas de un seminario organizado en el marco de las Reuniones de Primavera del FMI y el Banco Mundial.
REUNIONES DE PRIMAVERA DE 2013
En este seminario sobre las “Tendencias mundiales a largo plazo y sus implicaciones para el FMI”, un grupo de eminentes pensadores examinaron “el panorama general” de las diversas tendencias mundiales, como el avance de las economías de mercados emergentes, el envejecimiento de la población, el rápido desarrollo de la tecnología y el cambio climático.
Estas tendencias a largo plazo están determinando el panorama económico mundial del futuro. Para poder predecir y evitar crisis, el FMI y otros organismos deberán prestar mayor atención a estas tendencias, según señaló Namrata Brar de la Televisión de Nueva Delhi, quién moderó la sesión.
“A nivel macroeconómico, el mundo es cada vez más interdependiente”, afirmó el Subdirector Gerente del FMI, Min Zhu. “Debemos convertirnos realmente en una institución que salvaguarde las estabilidad macroeconómica en un mundo muy interconectado”.
En este panel también participaron el economista Nouriel Roubini, el periodista Thomas Friedman, y el Ministro de Hacienda de Singapur, Tharman Shanmugaratnam.
De un mundo conectado a un mundo hiperconectado
Al comienzo del debate, Namrata Brar pidió a los panelistas que mencionaran una tendencia mundial a largo plazo que será predominante en la próxima década y que el FMI no puede pasar por alto.
La globalización es la tendencia principal, señaló Nourial Roubini, de la Universidad de Nueva York. Además del desarrollo del comercio internacional de bienes y servicios, aumentará la circulación del capital y la mano de obra, el número de cadenas de suministro mundial y la inversión extranjera directa. Dentro de esta tendencia se encuentra la integración de las economías emergentes a la economía mundial. Más de dos millones de ciudadanos chinos e indios se están incorporando a la oferta mundial de mano de obra, observó Roubini, seguidos muy de cerca por los trabajadores de las demás economías de mercados emergentes.
En parte como consecuencia de esta tendencia, el mundo está experimentando una gran transformación estructural, señaló Roubini. Las economías avanzadas se están convirtiendo cada vez más en deudores y prestatarios, y las economías emergentes en acreedores. “El 85% de los préstamos del FMI se destinan a países como Grecia, Irlanda y Portugal”, afirmó Roubini, “y antes era lo contrario”.
Thomas Friedman, del New York Times, coincidió con Roubini, y afirmó que la globalización se sitúa ahora a un nuevo nivel. La globalización fue el tema de su libro, La Tierra es plana, publicado en 2004, en el que señaló que las divisiones históricas y geográficas del mundo resultan cada vez más irrelevantes, y que en términos de comercio todos los países compiten en igualdad de condiciones. Actualmente, indicó Friedman, el mundo ha pasado de estar conectado a estar hiperconectado en tan solo una década.
“Cuando en mis charlas por todo el mundo decía que la Tierra es plana, no existía Facebook, un trino aún era un sonido, la nube todavía estaba en el cielo, 4G era una plaza de aparcamiento, LinkedIn una prisión, una ‘aplicación’ era lo que se enviaba a las universidades, Big Data era una estrella del rap, y Skype un error de tipografía”, señaló Friedman.
Como muchas tendencias a largo plazo, básicamente no nos dimos cuenta de este cambio, observó Friedman. “Hemos estado mirando hacia otros lugares y hablando de otras cosas, pero cada uno de nosotros vive en el trabajo, en los mercados, en nuestros países en un mundo muy distinto”.
Crisis en los balances sociales
Para Tharman (presidente del CMFI, el principal órgano rector de las políticas del FMI), las tendencias más preocupantes son de índole social y política. “Algo mucho más importante que la crisis de los balances financieros es la crisis de los balances sociales”, expresó.
Los problemas mundiales más complicados están relacionados con el creciente riesgo de un grupo numeroso de personas desempleadas a largo plazo en las economías avanzadas y con el desafío de crear empleo genuino para la gran cantidad de jóvenes en la las economías emergentes, señaló.
El segundo gran desafío, dijo Tharman, está vinculado al financiamiento de las pensiones y la atención de la salud, en los casos en que no se puedan cumplir los compromisos de los gobiernos ante las generaciones futuras. “Nos enfrentamos a un grave problema intergeneracional —más pronunciado en las sociedades avanzadas— para el cual aún no hemos encontrado una solución”, explicó.
“Nexo tóxico”
Brar preguntó a Roubini —también conocido como el “Doctor Catástrofe” por haber presagiado a la reciente crisis financiera mundial— qué consejo daría al FMI y a otras instituciones con respecto a la tarea de pronosticar crisis.
Las crisis solían ocurrir más frecuentemente en las economías emergentes, respondió Roubini, pero esos países han aprendido las lecciones del pasado y se han hecho más resistentes. Ahora las mayores preocupaciones provienen de las economías avanzadas, manifestó.
“Me preocupa este nexo tóxico de deuda elevada, escaso potencial de crecimiento y efectos persistentes de la crisis financiera, en un mundo en que el surgimiento de los mercados emergentes plantea nuevos desafíos para las economías avanzadas”, declaró Roubini.
Haciéndose eco de la preocupación de Tharman sobre el empleo, Roubini señaló que un fenómeno tecnológico similar al que permitió la reducción de la mano de obra en el sector manufacturero está ahora en curso en el sector de los servicios.
“En las tiendas, uno ya no va a las cajas registradoras sino a los lectores electrónicos automáticos”, comentó. “Y ahora los radiólogos en Mumbai pueden hacer el mismo trabajo que un radiólogo en Nueva York por un cuarta parte del salario, y en algún momento ese trabajo lo va hacer un programa informático”.
Todo esto, explicó, está creando enormes retos para la generación de empleo en las economías avanzadas, justo cuando estos países están confrontando el surgimiento de las economías emergentes.
El FMI y las crisis
Al preguntársele si el FMI estaba equipándose para predecir y evitarlas crisis, Min Zhu indicó que una de las labores del FMI era vigilar los riesgos, y que esa tarea se veía complicada por la evolución de la economía mundial y el aparecimiento de nuevas amenazas.
“Observamos riesgos diferentes en distintas partes del mundo”, dijo Zhu. “Por ejemplo, en la zona del euro el principal riesgo es el crecimiento lento; en países como Estados Unidos y Japón vemos riesgos de sobreendeudamiento; y en algunos mercados emergentes, como China, observamos desequilibrios financieros. Es decir, estamos enfocándonos en diferentes riesgos en todo el mundo”.
El FMI ha adaptado sus herramientas para responder a esto nuevos desafíos, señaló Zhu. “Si nos fijamos en los últimos dos o tres años, realmente hemos incursionado en nuevos ámbitos. Hemos pasado de la supervisión bilateral a la supervisión multilateral; realizamos ejercicios de alerta anticipada; elaboramos informes sobre efectos de contagio para comprender mejor los vínculos entre países; y evaluamos el sector externo para determinar el valor de los tipos de cambio de los países de una manera coherente a escala multilateral”.
En un trino…
Para concluir, Brar pidió a cada panelista que resuma el seminario en un trino de 140 caracteres o menos:
Zhu: “El mundo ha cambiado drásticamente. El FMI tiene que adaptarse y prepararse para encarar el cambio, y apoyar la estabilidad económica y financiera mundial”.
Roubini: “Un mundo más interconectado exige más cooperación internacional, pero lamentablemente hasta ahora las políticas parecen ser más nacionales que internacionales”.
Tharman: “Centrarse más en las reformas estructurales y menos en las políticas macroeconómicas como solución de los problemas mundiales”.
Friedman: “Soy un anticuado de 59 años. Cuando salí de la universidad tuve que encontrar un trabajo; mis hijas tendrán que inventarse uno”.