BoletÃn del FMI : Ceden los riesgos fiscales mientras continúa la reducción de los déficits
16 de abril de 2013
- El ajuste fiscal está en marcha en la mayoría de las economías avanzadas
- El fortalecimiento de las instituciones fiscales se considera útil para los esfuerzos de consolidación fiscal
- Los niveles persistentemente altos de deuda aún representan un riesgo para la futura prosperidad económica
Los riesgos fiscales a corto plazo han disminuido gracias al repunte gradual de la economía mundial y a los avances en la reducción de los déficits en las economías avanzadas, pero muchos países tienen un largo camino por delante para lograr la salud fiscal.
MONITOR FISCAL
En la edición más reciente del Monitor Fiscal, el FMI presenta un mejor panorama para la mayor parte del mundo en lo que se refiere al control del déficit por parte de los países. Muchos países también han dado importantes pasos iniciales para reducir la deuda general a los niveles que son necesarios a fin de garantizar economías sólidas y dinámicas.
Los déficits en las economías avanzadas se redujeron ¾% del PIB el año pasado. Descendieron en términos generales y en cifras ajustadas en función del ciclo, y se proyecta que caerán a un ritmo más rápido en 2013. El informe atribuye buena parte de la mejora del panorama a los esfuerzos mancomunados de los gobiernos para controlar el gasto después de que la crisis llegara a su peor momento en 2009, así como a la mejora gradual del entorno externo. Las perspectivas económicas mundiales continúan mejorando, y se prevé que el crecimiento económico a escala mundial será de 3,3% en 2013.
¿Por qué considerar los déficits en cifras ajustadas en función del ciclo?
El déficit presupuestario ajustado en función del ciclo —es decir, descontando los efectos de las fluctuaciones a corto plazo del producto y el ingreso— ofrece una visión más informativa sobre las finanzas públicas porque deja de lado los altibajos pasajeros de la economía.
Por ejemplo, en una recesión, los ingresos tributarios del gobierno suelen disminuir y el gasto puede aumentar ante la necesidad de efectuar pagos en el marco de un sistema de seguro de desempleo.
Con el déficit presupuestario ajustado en función del ciclo, los economistas se hacen una mejor idea del déficit público en condiciones económicas normales.
El FMI publica el Monitor Fiscal en abril y octubre de cada año para hacer un seguimiento del gasto público, la deuda pública y los déficits en todo el mundo.
Perspectivas a largo plazo
Según el informe del FMI, lograr que la deuda pública descienda a niveles prudentes implica un desafío a largo plazo pero que se puede resolver. Los coeficientes de endeudamiento están disminuyendo o estabilizándose en aproximadamente dos tercios de las economías avanzadas, pero en un tercio restante —que representa el 40% del PIB mundial— se precisarán mayores esfuerzos para lograr el ajuste. En algunos países, en especial varias economías europeas que están bajo presión del mercado, los coeficientes de endeudamiento no llegarán a su nivel máximo sino después de 2014, como lo indican las proyecciones para España, Francia e Italia.
Tanto en Estados Unidos como en Japón, no deja de preocupar la persistente falta de un plan claro y creíble de consolidación a mediano y largo plazo. Se prevé que en Japón el gasto relacionado con el estímulo y las mayores erogaciones de seguridad social mantendrán el déficit en un nivel que será más del doble que el promedio de las economías avanzadas. En Estados Unidos aún está por alcanzarse un acuerdo en torno a las reformas de las prestaciones sociales y otras medidas muy necesarias para controlar la deuda.
“Varios países tendrán que lograr cuantiosos superávits primarios y mantenerlos por un período prolongado, lo cual será difícil, pero no hay soluciones alternativas rápidas. No obstante, es posible lograrlo”, señaló Carlo Cottarelli, Director del Departamento de Finanzas Públicas del FMI.
Las reformas institucionales, como las reglas fiscales, los organismos supervisores independientes y los marcos de gasto a mediano plazo, pueden afianzar la credibilidad de los programas de ajuste fiscal y su aceptabilidad política. Países como Irlanda y Portugal ya han emprendido reformas institucionales al introducir límites al gasto público, y otras reformas que están en marcha en el resto de Europa proponen la creación de consejos fiscales que ejerzan una función firme e independiente a favor de la disciplina fiscal.
Avanzar a ritmo propio
La situación general de la deuda en la mayoría de las economías de mercados emergentes y los países de bajo ingreso sigue siendo más favorable que en las economías avanzadas, debido en parte a los niveles relativamente bajos de deuda y déficits, que se suman a las bajas tasas de interés y el crecimiento de las economías. En estas condiciones, muchas economías de mercados emergentes han contado con el margen necesario para moderar el ajuste fiscal. No obstante, en su informe el FMI señala que debido a presiones a mediano plazo, como el gasto en infraestructura y el gasto relacionado con el envejecimiento, de aquí en adelante estos países tienen que ser cautelosos a la hora de definir sus presupuestos.
La consolidación fiscal también está en suspenso en la mayoría de los países de bajo ingreso, y los déficits en la mayoría de los países aún están en niveles más altos que antes de la crisis. El fuerte crecimiento del gasto, que en muchos casos obedece a notables aumentos de la inversión pública, está incrementando las relaciones deuda/PIB en países como Ghana y Senegal.
Muchos países de mercados emergentes y de bajo ingreso también están procurando afianzar sus instituciones fiscales. Chile, Indonesia y México ya publican informes en los que analizan los riesgos fiscales. Otros países, como Croacia, Kenya, Sudáfrica y Uganda, están recurriendo a consejos fiscales que se encargan de supervisar de forma independiente los presupuestos nacionales.
Reforma de los subsidios a la energía
El Monitor Fiscal también cita la reforma de los subsidios a la energía como otra medida que ayudaría a ciertos países a controlar mejor sus déficits y deudas. Tanto los países ricos como los pobres destinan ingentes recursos públicos al subsidio a la energía, pero en muchas economías de mercados emergentes y en muchos países de bajo ingreso se precisan reformas urgentes.
Según el FMI, además de agravar los desequilibrios fiscales, los subsidios desplazan el gasto prioritario en educación y salud y ahondan la desigualdad, ya que suelen beneficiar mayormente a los hogares de ingreso alto, además de exacerbar el calentamiento y empeorar la contaminación local al promover el consumo excesivo de productos combustibles. Un estudio reciente del FMI señala que para lograr reformas exitosas se puede recurrir a una combinación de aumentos graduales de los precios, medidas focalizadas para proteger a los pobres y reformas institucionales para despolitizar la fijación de precios de la energía.