Typical street scene in Santa Ana, El Salvador. (Photo: iStock)

Boletín del FMI : Uruguay: Mantener el rumbo en una región volátil

24 de febrero de 2016

  • Tras una década de crecimiento vigoroso e inclusivo, la economía de Uruguay está desacelerándose
  • Las sólidas reservas de liquidez y los planes de reducción del déficit apuntalan la capacidad de resistencia de la economía
  • Reducir la inflación sigue siendo una prioridad clave de política económica

Uruguay se ha convertido en un bastión de estabilidad. Pero el país no es inmune a los shocks y desafíos de una región volátil, y la economía está desacelerándose, señaló el FMI en su examen anual de la economía uruguaya.

(foto: Andrés Stapff/Reuters/Newscom)

Una mujer compra fruta en el centro de Montevideo, Uruguay, donde la inflación ha aumentado más de 9% desde julio de 2015 (foto: Andrés Stapff/Reuters/Newscom)

EXAMEN ECONÓMICO

“En este momento de mayor incertidumbre regional, recomendamos afianzar la credibilidad de los objetivos a mediano plazo de las políticas fiscal y monetaria, para complementar los márgenes de maniobra de los que dispone Uruguay para hacer frente a los shocks económicos y financieros”, dijo Jan Kees Martijn, jefe de la misión del FMI a Uruguay.

Tras más de 10 años de crecimiento vigoroso e inclusivo desde la crisis financiera en 2002, el ingreso per cápita de Uruguay es uno de los más altos de América Latina, y el nivel de desigualdad está entre los más bajos. El país retornó a la categoría de grado de inversión en 2012, y desde entonces ha mejorado aún más su calificación.

En su informe anual, los economistas del FMI destacaron los logros económicos y sociales de la última década, pero también los riesgos y desafíos a los que se enfrenta el país, e instaron a tomar medidas para reforzar la capacidad de resistencia de Uruguay ante los shocks.

“A corto plazo —hasta que la consolidación fiscal haya echado raíces plenamente y la inflación esté cómodamente dentro de la banda fijada como meta— el margen de maniobra para la aplicación de políticas contracíclicas que permitan hacer frente a los shocks externos para el crecimiento es limitado”, señaló el personal del FMI en su informe.


Tiempos difíciles

La economía de Uruguay sufrió una notable desaceleración en 2015, al crecer tan solo 1,5%, frente al 3,5% registrado en 2014. Pese a los avances logrados hacia una mayor diversificación económica y la moderación de los vínculos regionales, la economía aún se ve frenada por la desaceleración de la actividad en toda América Latina, el crecimiento anémico en otros mercados de exportación y los menores precios de las principales exportaciones de materias primas (soja, carne y pulpa de celulosa). Para 2016, el informe prevé que el crecimiento de la economía uruguaya permanecerá en un tenue 1,4%.

Al igual que la mayoría de divisas de la región, el peso uruguayo se ha depreciado considerablemente con respecto al dólar de EE.UU. en el transcurso del último año. Una amplia intervención del Banco Central en el mercado cambiario después de julio ayudó a frenar el ritmo de depreciación, pero a costa de una fuerte reducción de las reservas internacionales. La depreciación del peso ha incidido en los precios internos. Pese a la desaceleración de la actividad, la inflación ha superado el 9% desde julio de 2015, nivel que está bastante por encima de la meta del Banco Central.

Amortiguar el impacto

A medida que se acumulan los riesgos externos, el tipo de cambio flexible de Uruguay puede ayudar a amortiguar el impacto de los shocks externos. De hecho, la reciente depreciación ha ayudado a mantener la competitividad y, por ende, a frenar la desaceleración económica. Además, el país cuenta con la protección adicional de cuantiosas defensas de liquidez, entre ellas las reservas del Banco Central y el acceso a líneas de crédito contingentes de instituciones financieras internacionales, que, de ser necesario, podrían facilitar un ajuste ordenado ante shocks graves.

Uruguay también puede cosechar los frutos de una década de gestión prudente de la deuda, gracias a la cual no solo se han aplazado los vencimientos del saldo de la deuda pública y suavizado los flujos de amortización de la deuda, sino que también se ha reducido la proporción de deuda denominada en moneda extranjera y con tasas flotantes.

A futuro, el presupuesto quinquenal del gobierno da prioridad tanto a la reducción del déficit como a los esfuerzos a favor del desarrollo de infraestructura y los objetivos sociales. Si se mantiene este firme compromiso de consolidación fiscal a mediano plazo, se apuntalará la confianza en la economía y se creará margen de maniobra para adoptar más políticas fiscales contracíclicas en el futuro.

Reducir la inflación

La reducción de la inflación sigue siendo una prioridad fundamental de política económica. Una inflación baja propiciaría la desdolarización y, por consiguiente, crearía margen para un uso más eficaz de la política monetaria que permita atenuar los shocks adversos. Asimismo, reduciría el impuesto que representa la inflación para los hogares de bajo ingreso, que no tienen cuenta bancaria o que tienen solo una cuenta corriente en pesos que devenga escasos o nulos intereses.

Los economistas del FMI recomendaron una estrategia de tres frentes para situar la inflación dentro de la banda fijada como meta por el Banco Central y para reducir la persistencia de la inflación: mantener el enfoque restrictivo de la política monetaria, con el apoyo de una orientación fiscal prudente; eliminar por completo la indexación salarial retrospectiva; y seguir reforzando el marco de la política monetaria.

Invertir en estabilidad

Aparte de las políticas fiscal y monetaria, una mayor diversificación económica, mejoras de infraestructura y la reforma de la educación secundaria ayudarían a aprovechar mejor el potencial de crecimiento de Uruguay. La especialización en la producción y el procesamiento de materias primas de valor agregado le permitiría a Uruguay labrarse su propio segmento de mercado entre los exportadores de materias primas de América Latina, y una mayor diversificación de los mercados de exportación reduciría la exposición a shocks externos adversos. Sin embargo estas innovaciones exigirían una importante mejora de la infraestructura de transporte y de logística de Uruguay.

Por último, Uruguay tiene mucho margen para la profundización financiera, que ayudaría a proteger a la economía de los shocks externos, respaldaría el crecimiento y reforzaría la transmisión de la política monetaria. En este sentido, los economistas del FMI consideran prometedoras las iniciativas de las autoridades e insisten en que deben ir acompañadas de mejoras del ya sólido marco de supervisión de Uruguay. Dos estudios de temas específicos preparados por el personal del FMI examinan en forma detallada algunas de estas iniciativas, en particular la ley de inclusión financiera de 2014.