Comunicado de Prensa: El informe sobre las perspectivas económicas regionales del FMI señala que América Latina está preparada para hacer frente a los actuales shocks mundiales, pero que persisten los riesgos

23 de octubre de 2008

Comunicado de Prensa No. 08/253 (S)

La actual turbulencia mundial representa una confluencia de shocks negativos para América Latina y el Caribe, pero se considera que la región está mejor preparada que en otras crisis para hacer frente a los actuales shocks mundiales, según la edición más reciente de Perspectivas económicas: Las Américas del Fondo Monetario Internacional (FMI). "La robustez de la región es un reflejo de los pasos que muchos de los países han dado en los últimos 10 años para mejorar sus fundamentos macroeconómicos", señaló el Subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, David Robinson, durante una presentación en Santiago.

La confluencia de shocks —paralización del mercado de crédito mundial, debilitamiento de la demanda externa y descenso de los precios de las materias primas— puede dar lugar a graves círculos viciosos de repercusiones adversas, sobre todo en las condiciones de financiamiento, advierte el informe, pero aclara que la región no ha llegado a ese punto. La proyección es de un crecimiento de alrededor del 3% el próximo año, cifra cercana al promedio de los países de mercados emergentes, después de un 4,6% en 2008.

Aún se ciernen varios riesgos a la baja en la región, tales como las perspectivas de los precios de las materias primas y la posibilidad de efectos derivados de las tensiones que pesan sobre la estabilidad financiera mundial. Si bien permanecen en niveles elevados, los precios de las materias primas podrían descender aún más, como ha sido la experiencia en previas desaceleraciones. Una baja de los precios de los alimentos y los combustibles brindaría un ansiado alivio a algunos países, en particular a los países de bajo ingreso de América Central que importan materias primas y muchos países del Caribe. Pero para la región en general, el nivel elevado de los precios de las materias primas ha sido fundamental para afianzar las posiciones fiscales y externas e impulsar el crecimiento en los años recientes. Un brusco descenso adicional incidiría de manera muy negativa en la región, advierte el informe.

Ante esta situación de incertidumbre, se recomienda a la región centrar la atención en varias prioridades. En primer lugar, es esencial velar por el funcionamiento adecuado y eficiente de los sistemas financieros, para lo cual hay que adelantarse a contener los riesgos relativos a la liquidez y la calidad de los activos. En segundo lugar, los países tienen que defender los avances en materia de inflación, logrados a base de mucho esfuerzo. Los bancos centrales tendrán que mantener una comunicación activa con los mercados acerca de los desafíos y las medidas de política monetaria, sobre todo en lo que se refiere a la trayectoria futura de la inflación, a fin de preservar el anclaje de las expectativas inflacionarias. En tercer lugar, la situación de las finanzas públicas en algunos países probablemente se verá sometida a tensiones, en momentos en que habrá mayor necesidad de mantener una sólida red de protección para los hogares de bajos ingresos que sufrirían las consecuencias de la desaceleración. Esto exigirá una estrategia mucho más focalizada para garantizar que el gasto público permita atender las necesidades esenciales, minimizando al mismo tiempo nuevas necesidades de financiamiento.

En los capítulos analíticos del informe se examinan las distintas estrategias que han adoptado los países de América Latina para controlar la inflación, y las opciones fiscales de las que disponen para enfrentar el encarecimiento en el precio de los alimentos y los combustibles y proteger a los más vulnerables.

En el capítulo 3, Manteniendo la inflación bajo control, se afirma que el reciente episodio inflacionario en América Latina y el Caribe ha sido la primera prueba real del compromiso de la región de mantener la inflación en niveles bajos. El estudio señala que los países que han adoptado estrategias de metas de inflación están mejor preparados para enfrentar el desafío y han registrado los promedios más bajos de inflación en la región.

En el capítulo 4, Precios elevados de alimentos y los hogares vulnerables: Opciones de política fiscal, se analizan las distintas medidas que los países de la región han adoptado para procurar mitigar el impacto que tienen sobre los pobres las alzas de los precios de los alimentos (por ejemplo, recortes de impuestos, restricciones del comercio, subsidios focalizados y controles de precios). Se observa que las transferencias focalizadas constituyen la política más eficaz en función de los costos para aliviar esta carga que afecta a los más vulnerables, y que permite compensar a los segmentos más pobres por gran parte de la pérdida de consumo real a un costo fiscal relativamente bajo.

En el capítulo 5, Vulnerabilidad del sector corporativo: ¿Han reducido las empresas su exposición al riesgo cambiario?, se analiza la forma en que las empresas han enfrentado los movimientos cambiarios en este nuevo contexto, lo cual incide en las vulnerabilidades que surgen para el sector en el marco de un régimen de tipo de cambio flexible. El análisis demuestra que pese a la mayor volatilidad cambiaria y la fuerte devaluación de las monedas en la región en los últimos meses, el sector corporativo ha logrado reducir su exposición a los riesgos cambiarios gracias a los esfuerzos que ha desplegado por adelantado para atenuar las vulnerabilidades, así como a mejores políticas macroeconómicas y reformas institucionales que han profundizado el sector financiero y creado más oportunidades para diversificar el riesgo en estas economías.

En el capítulo 6, Estimulando la inversión privada a largo plazo, se examinan los factores que explican la evolución de la inversión privada en la región en años recientes. Se presenta un nuevo análisis que incluye varios países en el que se demuestra que las empresas de América Latina, en especial las pequeñas, siguen enfrentando importantes restricciones de financiamiento que frenan la inversión, a pesar del mejoramiento reciente de la estabilidad macroeconómica. Se llega a la conclusión de que para sustentar la inversión a largo plazo es fundamental preservar los avances logrados en materia de reducción de la inflación, profundizar los sistemas financieros, fomentar el desarrollo de los mercados de capital y las instituciones de crédito y facilitar el acceso al financiamiento.

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