Comunicado de prensa: El FMI prevé que el crecimiento vigoroso continuará en América Latina y el Caribe en 2008, pero advierte sobre crecientes desafíos para la política económica
9 de noviembre de 2007
La mayoría de los países de América ha sorteado bien hasta ahora la reciente agitación del mercado y la desaceleración de la economía de Estados Unidos, y el crecimiento en América Latina y el Caribe sigue siendo pujante, según la nueva edición de Perspectivas económicas: Las Américas, publicada el día de hoy.
Si bien se espera cierta moderación en 2008, sobre todo debido a la ralentización de la actividad económica en Estados Unidos, el crecimiento deberá mantenerse en niveles relativamente altos, dijo Anoop Singh, Director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI. Durante la presentación del informe ante las autoridades, empresarios y representantes del sector académico en São Paulo, Brasil, Singh explicó que "hasta ahora la capacidad de recuperación de la región obedece a la consolidación de las variables fundamentales de la economía en la mayoría de los países, y a que en América Latina se ha ampliado el consenso en torno a la preservación de la estabilidad macroeconómica". Añadió que "en la mayoría de los países se observan una disminución de la deuda pública, saldos fiscales y externos más sólidos y sistemas financieros más firmes; y, recientemente, un uso muy eficaz de la flexibilidad del tipo de cambio".
Pero Singh también señaló que el nuevo clima externo conlleva riesgos negativos para la región. Una desaceleración más brusca de lo previsto en Estados Unidos o un período más prolongado de turbulencia financiera, sin duda afectarían en cierta medida a América Latina. Destacó la importancia de que varios gobiernos de América Latina y el Caribe afiancen sus políticas, sobre todo en el ámbito fiscal, para proteger las recientes mejoras de los fundamentos económicos en la región. "El gasto ha venido creciendo muy rápidamente en muchos países y hay que frenar ese ritmo para preservar los saldos fiscales y para dedicar más recursos a rubros de gasto necesario en infraestructura pública y programas sociales clave", dijo Singh. Un menor crecimiento del gasto público también facilitaría la función de la política monetaria en lo que se refiere al control de la inflación, la cual ha rebrotado levemente en muchos países, en parte por el incremento en los precios de los alimentos.
Refiriéndose al largo plazo, Singh insistió en la necesidad de reforzar la supervisión financiera y mejorar el entorno empresarial para estimular el crecimiento y reducir aún más la pobreza y la desigualdad en la región.
Las principales conclusiones del informe para América Latina y el Caribe son las siguientes:
Como ahora se espera que el crecimiento de la economía de Estados Unidos se sitúe apenas por debajo del 2% este año y el próximo, para América Latina y el Caribe se prevé un crecimiento medio de 5% en 2007, el cuarto año de expansión firme e ininterrumpida en la región. Para 2008 se pronostica la continuación del crecimiento, pero a un ritmo de 4¼% debido a que la desaceleración del entorno externo estará contrarrestada en parte por una intensa demanda interna. En muchos países el producto ha superado el nivel potencial, y por eso la inflación ha subido levemente y ha alcanzado una tasa media de 6% en 2007, previéndose un aumento ulterior de aproximadamente ½% en 2008. El desempleo ha seguido bajando, y la pobreza ha disminuido en forma apreciable durante esta expansión, mucho más rápidamente que durante la expansión de los años noventa. Por ejemplo, en Brasil el índice total de pobreza se redujo de 34% en 2002 a 27% en 2006, y en la mayoría de los países la desigualdad también ha disminuido desde 1999.
Sin embargo, los riesgos externos que amenazan el cumplimiento de las perspectivas se han agudizado, y hay ciertas señales de que las recientes mejoras de los fundamentos económicos de la región pueden deteriorarse si no se consolidan las políticas. Estas cuestiones se analizan en el informe, basándose en nuevas investigaciones que se exponen en tres capítulos temáticos:
· Resistencia frente a los shocks externos (capítulo III). En comparación con los años noventa, el fortalecimiento de los balances de los sectores público y privado, las expectativas inflacionarias más bajas y mejor ancladas y el afianzamiento de los marcos de política económica han incrementado la resistencia de la región frente a las fluctuaciones de las condiciones financieras mundiales. Los bancos centrales, por ejemplo, ahora pueden responder a la contracción de las condiciones internacionales con una mayor flexibilidad del tipo de cambio que en el pasado. No obstante, América Latina sigue siendo sensible a una desaceleración de la demanda externa y a un deterioro de los términos de intercambio, y la combinación de una compresión del crédito y una recesión en Estados Unidos podría hacer descender el crecimiento hasta 2 puntos porcentuales por debajo del nivel de referencia.
· Solidez de las posiciones fiscales subyacentes (capítulo IV). Los superávit fiscales primarios de América Latina y el Caribe, impulsados por el auge de los ingresos, aumentaron aún más el año pasado. Un análisis detallado revela que, en la mayoría de los casos, los saldos estructurales primarios de la región siguen siendo superavitarios. No obstante, no son tan cuantiosos como los saldos primarios declarados y tienen amplios márgenes de error, en parte porque dependen de la evolución futura de los precios de los productos básicos. Además, ahora se proyecta que los coeficientes de ingresos permanecerán inalterados o disminuirán en forma leve. Si el gasto sigue creciendo a su actual ritmo de 8%-10% en términos reales, los superávit fiscales primarios se convertirán rápidamente en déficit en los próximos años. "Dados los niveles abultados de deuda de la región, el deterioro de la situación fiscal de acuerdo con las tendencias actuales de gasto es una preocupación grave", advirtió Singh.
· Sostenibilidad del crecimiento del crédito (capítulo V). En los países más grandes de América Latina se han registrado últimamente tasas medias de crecimiento anual del crédito de casi 40% que han despertado dudas sobre la sostenibilidad del período de prosperidad que está atravesando el sector financiero de la región. Nuevos estudios indican que gran parte del aumento reciente parece estar relacionado con las mejoras de los fundamentos económicos. Sin embargo, esta conclusión podría ocultar una agudización de los factores de vulnerabilidad en ciertas instituciones que han relajado las normas de crédito a favor de una rápida expansión. Según el informe, el intenso ritmo de crecimiento del crédito en varios países exige un fortalecimiento de la supervisión reglamentaria y de la capacidad de supervisión en el futuro.
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