BoletÃn del FMI : Lagarde propugna “crecimiento de calidad” en América Latina
5 de diciembre de 2014
- Lagarde visita Perú y Chile para reunirse con autoridades políticas y entablar diálogo con la región
- América Latina debe concentrarse en políticas para promover un “crecimiento de calidad”, es decir, más equilibrado, inclusivo y sostenible
- Los países pueden colaborar mejor para elevar el crecimiento potencial de toda la región
A pesar de los desafíos recientes que enfrenta América Latina, el enorme potencial de esta diversa región es evidente e impulsará aún más el progreso en los próximos años, declaró la Directora Gerente del FMI, Christine Lagarde, en una conferencia regional en Chile.
CONFERENCIA DE SANTIAGO
“Este es un momento muy emocionante para América Latina, que se ha multiplicado y renovado económica, política y socialmente en los últimos años”, declaró Lagarde el 5 de diciembre en Santiago de Chile.
Con esas palabras dio inicio a una conferencia de alto nivel que se desarrollará a lo largo de dos días en Santiago, ciudad a la que han acudido autoridades e interlocutores de América Latina y el Caribe con el fin de analizar posibles soluciones para respaldar el crecimiento y la estabilidad financiera en toda la región.
Tras señalar que el reciente giro en las condiciones económicas podría agravar las vulnerabilidades subyacentes en la región, Lagarde dijo que la conferencia es una ocasión muy oportuna para examinar los recientes desafíos a los que se enfrenta América Latina. “En este momento crítico, es más importante que nunca fomentar un crecimiento que sea inclusivo, equilibrado y sostenible”, añadió.
Antes de llegar a Chile, Lagarde visitó Perú, donde se reunió con autoridades del gobierno para analizar la evolución económica y realizar un seguimiento de los preparativos para las próximas Reuniones Anuales del FMI y el Banco Mundial, que se celebrarán en Lima en octubre de 2015.
Escollos a la vista
En las últimas dos décadas, señaló Lagarde, la mayoría de los países en América Latina consiguieron un triplete de política económica, consistente en bajas tasas de inflación, disciplina fiscal y estabilidad financiera. Explicó que estas economías prosperaron gracias a sus sólidos marcos de política económica, el aumento de precios de las materias primas y las favorables condiciones financieras internacionales.
Así que mientras otras regiones atravesaron dificultades, América Latina capeó el temporal financiero mundial de 2008 con “discreta confianza” y logró enormes avances en la reducción de la pobreza y la desigualdad. “Los ingresos reales promedio han aumentado más del 25% desde 2000, y la pobreza extrema se ha reducido a la mitad”, puntualizó Lagarde.
Pese a estos notables logros económicos y sociales, Lagarde advirtió que el camino que queda por delante parece cada vez más difícil debido a los cambios en las condiciones económicas y financieras a escala mundial. Los precios de las materias primas, que ayudaron a impulsar el crecimiento en la región durante más de una década, están disminuyendo, y pronto se acabará la era del acceso fácil al financiamiento en dólares.
Lagarde también señaló que algunos países de América Latina se enfrentan a vulnerabilidades subyacentes, mientras que otros están llegando a sus límites de capacidad.
“Esto subraya la necesidad de aplicar reformas estructurales en ámbitos tales como la educación, las redes de protección social, la inclusión financiera y la infraestructura. Estas reformas contribuirán a elevar la productividad y permitirán a la región diversificar su producción y reducir la importancia de los sectores primarios que tienen menor valor agregado”, declaró Lagarde.
Creciente clase media
“Después de décadas de estancamiento, la clase media de América Latina ha crecido en tamaño y confianza, ampliándose en aproximadamente el 50% desde 2003”, señaló Lagarde. Gran parte de esta expansión puede atribuirse a una reducción de la desigualdad salarial, entre otras razones, gracias a aumentos del salario mínimo, así como a asistencia social focalizada, añadió.
Pero a pesar de estos avances, los indicadores sociales siguen siendo débiles, y la desigualdad es mucho mayor que en otras regiones comparables. Esto es importante, explicó Lagarde, porque las crecientes expectativas de la clase media de América Latina chocan contra las deficiencias en la provisión de servicios públicos.
Lagarde por lo tanto alentó a los gobiernos de la región a seguir trabajando con ahínco para mejorar los servicios públicos, como por ejemplo mejorando la calidad y el alcance de la educación pública, ampliando el sistema de protección social y expandiendo la base de ingresos públicos. “Se necesitan todas estas medidas —y muchas más— para crear una sociedad más inclusiva y más fuerte”, señaló Lagarde.
Trabajar en equipo
Lagarde mencionó varios ámbitos en los que América Latina podría trabajar de forma más integrada para elevar el crecimiento potencial de toda la región. En vista de los actuales desafíos, América Latina debería aprovechar el grosor de sus filas y profundizar la integración, dijo Lagarde.
Lagarde observó que muchos países aún necesitan mejorar considerablemente sus redes de infraestructura. Promover la inversión y reforzar la colaboración regional en los ámbitos de energía, transporte, logística y tecnología de la información ayudaría a elevar el crecimiento potencial.
También se debería dar un nuevo impulso a la integración regional. Lagarde indicó que la proliferación de agrupaciones comerciales ha creado una “ensalada” de regímenes y preferencias cuyos beneficios agregados no están claros. “Las autoridades deberían reevaluar el enfoque actual en el ámbito del comercio y crear nuevos mecanismos para integrar a la región en las cadenas mundiales de valor”, anotó Lagarde.
Más allá del comercio, hay una gran variedad de cuestiones que podrían beneficiarse de una mayor disposición a superar las fronteras y aprender unos de otros.
A juicio de Lagarde, una de estas cuestiones es la delincuencia violenta, que está afectando a toda la región. Aparte del costo humano, la delincuencia también perjudica la inversión y el desarrollo económico, y corroe las instituciones democráticas. Los esfuerzos para afianzar la agenda regional deben abarcar temas como el trabajo, la competencia, la seguridad y el medio ambiente.
Estas nuevas formas de integración respaldarían el crecimiento en América Latina al aumentar la eficiencia en el suministro de bienes y servicios públicos a nivel regional, y ayudarían a hacer frente a desafíos sociales de alcance regional, concluyó Lagarde.