BoletÃn del FMI : Invertir en el futuro de América Latina
25 de marzo de 2013
- La región continúa creciendo con rapidez; necesita adaptarse a la incertidumbre mundial
- La afluencia de capitales reporta beneficios, pero es esencial controlar los riesgos
- El fortalecimiento de las políticas sociales es fundamental para promover un crecimiento incluyente
Según las previsiones, el crecimiento económico de América Latina seguirá siendo sólido en 2013, pero la región necesita más políticas que promuevan el crecimiento y generen empleo para reducir la pobreza y la desigualdad, afirmó Alejandro Werner, nuevo Director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI.
Entrevista con Alejandro Werner
Werner también señaló que, aun siendo beneficiosas para los países de la región, las grandes entradas de capital están generando cierta volatilidad en los mercados financieros nacionales.
Werner se incorporó al FMI en enero de 2013, tras abandonar el cargo de titular de banca corporativa y de inversión de BBVA Bancomer.
(Vea el video completo de la entrevista aquí)
Boletín Digital del FMI: ¿Cuáles son sus principales prioridades como nuevo Director del Departamento del Hemisferio Occidental?
Werner: El Hemisferio Occidental abarca todos los países de las Américas y, por lo tanto, incluye una amplia variedad de países. Nuestras prioridades reflejan esa diversidad.
Por ejemplo, tenemos a Estados Unidos, que está intentando acelerar el ritmo de la recuperación. En este caso, creo que nos corresponde añadir valor al actual debate sobre las alternativas para acelerar la recuperación después de la crisis financiera, elaborar una estrategia de consolidación fiscal a mediano plazo y seguir reforzando el sector financiero.
Estados Unidos tiene importantes vínculos con el resto del Hemisferio Occidental. América Central y el Caribe, por ejemplo, tienen lazos fuertes con Estados Unidos a través de las remesas, las exportaciones y el turismo. Para esos países, los temas más candentes son el bajo nivel de crecimiento y el alto nivel de deuda. Así que el FMI tiene que colaborar de cerca con las autoridades de estos países para ayudarlas a formular políticas que les permitan estimular el crecimiento y reducir la relación deuda/PIB.
Luego están países como Brasil y México, que tienen economías grandes y sistémicas. Estas economías han sido sumamente saludables y pujantes, así que nuestro rol es brindar el mejor asesoramiento posible para que sigan afianzando sus marcos fiscales y monetarios, desarrollando sus mercados de capital y modernizando sus marcos regulatorios.
También tenemos importantes países exportadores de materias primas como Chile, Colombia y Perú, que se han beneficiado sustancialmente de los buenos términos de intercambio. En conjunto, estos países crecieron con mucho vigor durante la década pasada.
Un tema que abarca a toda la región será de cómo adaptarse y prepararse para un entorno externo incierto. Los precios de las materias primas, que han respaldado el crecimiento en muchas economías, podrían estancarse o bajar. Y las tasas de interés mundiales terminarán subiendo, y eso influirá en los reembolsos de la deuda local y externa de los países latinoamericanos. En ese sentido, tenemos que apoyar a la región en la elaboración de políticas conducentes a aumentar las tasas de ahorro, seguir reduciendo la relación deuda/PIB, tanto pública como privada, y pasar de una estrategia de crecimiento más basada en las materias primas a una que sea más autosustentable y esté basada en los servicios, la manufactura y la construcción.
El FMI puede también ayudar a través de sus responsabilidades de supervisión, la asistencia técnica que brinda a la región y la transmisión de todo el conocimiento que posee.
Boletín Digital del FMI: Los flujos de capital a la región han aumentado en los últimos tiempos y siguen siendo muy volátiles. ¿Qué impacto han tenido en América Latina?
Werner: Estos flujos responden a razones importantes. Primero, América Latina ha crecido con rapidez en comparación con el resto del mundo y continuará haciéndolo, según los pronósticos. Segundo, su política fiscal sigue una trayectoria estable. Y, tercero, su población es muy joven y eso crea un entorno favorable para la inversión productiva. Estos factores demográficos positivos se traducen en una creciente población de consumidores que será fuente de una demanda interna muy dinámica. Así que, teniendo en cuenta todos estos factores favorables, el capital está fluyendo hacia estas economías porque las perspectivas económicas son muy buenas.
Al mismo tiempo, las decisiones sobre política monetaria de las economías avanzadas desde la crisis internacional se han traducido en tasas de interés mundiales muy bajas. Los inversionistas están aprovechando los diferenciales entre las tasas de interés y moviendo fondos hacia los activos de mercados emergentes y América Latina. El dinero que fluye hacia la región está generando cierta volatilidad en los mercados financieros, promoviendo el crédito a corto plazo y empujando al alza los tipos de cambio, lo cual siempre constituye un reto.
El papel del FMI en estos países es el de apoyar en formular una combinación óptima de políticas monetarias y fiscales que cree un equilibrio entre absorber la afluencia de capitales y evitar excesos financieros o nuevas vulnerabilidades; las políticas macroprudenciales pueden ser muy útiles para llegar a ese equilibrio.
El punto clave es implementar un conjunto de políticas que realmente les permita a estos países cosechar los frutos de las entradas de capital —por ejemplo, más inversión en infraestructura y programas sociales— y reduzca al mínimo las consecuencias negativas asociadas a la volatilidad de los mercados financieros.
Boletín Digital del FMI: ¿Qué más se puede hacer para seguir reduciendo la disparidad del ingreso, que aún es relativamente alta en América Latina?
Werner: En los 10 últimos años, América Latina ha logrado mejoras significativas en lo que respecta a la desigualdad del ingreso y la reducción de la pobreza. Aun así, la región todavía tiene una de las tasas de pobreza y desigualdad más altas del mundo.
De cara al futuro, será fundamental afianzar la estabilidad económica e implementar políticas que promuevan el crecimiento y generen empleo. Otro factor importante es continuar formulando buenas políticas sociales, como los programas de transferencias condicionales destinadas a los segmentos más pobres de la sociedad. Pero aún más importante será implementar programas que fortalezcan el acceso y la calidad de la educación y la salud, que en última instancia son los determinantes a largo plazo más importantes del crecimiento, la generación de empleo y la reducción de la pobreza.
Boletín Digital del FMI: Perú será anfitrión de las Reuniones del FMI y del Banco Mundial de 2015, y Brasil, del Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. ¿Qué significa estos hechos para estos países y, en términos más generales, para la región?
Werner: Creo que es una oportunidad estupenda para que muestren al mundo sus logros socioeconómicos recientes —reducción de la desigualdad, fomento del desarrollo y mejora del nivel de vida de la población— y continúen mostrando que sus elevadas tasas de crecimiento crean un ambiente propicio para la inversión extranjera directa. Estos eventos también son una buena oportunidad para que estos dos países y la región en su conjunto hagan gala de sus habilidades deportivas, tanto en el fútbol como en otros deportes.
Esta entrevista es una versión editada del vídeo.